'En América Latina se confunde autoridad con autoritarismo' - TicoVisión |
Escrito en 23/10/10 a 04:00:49 GMT-06:00 Por Administrador |
Lo afirmó el ex canciller de Colombia, Jaime Bermúdez, en diálogo con Infobae América. Es por eso que muchos gobiernos no entendieron ni apoyaron al presidente Álvaro Uribe en su lucha contra la guerrilla 23 de Octubre de 2010 TicoVisión Fuente: Info BAE Argentina Buenos Aires.- Bermúdez está de gira por la Argentina, país en el cual se desempeñó como embajador de Colombia entre septiembre de 2006 y junio de 2008, cuando el entonces presidente Álvaro Uribe lo convocó para ocupar el ministerio de Relaciones Exteriores. En el hotel Park Hyatt de Buenos Aires, el ex canciller participó de un foro organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa cuyo objetivo era advertir sobre el avance del narcotráfico en Latinoamérica (ver nota relacionada). Además de explicar la experiencia colombiana en la materia, Bermúdez habló de la necesidad de la cooperación regional para enfrentar el delito organizado y dijo que su país se encontró solo en ese combate (ver nota relacionada). Usted dijo que Colombia estuvo muy sola en su lucha contra el narcotráfico. ¿Sintieron la misma soledad en el combate a la guerrilla? Sí, también. Creo que en América Latina se confunde la autoridad con el autoritarismo. Pero en Colombia, y en particular durante el gobierno de (Álvaro) Uribe, lo que se ha puesto en evidencia es que la autoridad legítima es una condición para las garantías democráticas. Es decir, que uno puede fortalecer el Estado al tiempo que amplía la democracia. Eso es lo que tenemos que seguir haciendo en la región y en el mundo. La seguridad no se contrapone con la libertad, sino que es condición sine qua non de la primera. Históricamente se confundió autoridad fuerte con dictadura. Cuando Uribe en su campaña por el primer mandato presidencial, en 2002, planteó la necesidad de un Estado fuerte, muchos no lo entendieron o lo criticaron. La gente del campo y de los pequeños pueblos le pedía que recuperara la seguridad pero no lo decían en voz alta porque temían ser asesinados o por complejo intelectual. Hoy en Colombia hay un consenso de que el Estado debe someter a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), a los paramilitares y a los narcotraficantes. Fue un proceso difícil, en el que hubo fallas y errores. Pero hoy se entiende que la autoridad es un valor democrático, que mientras se fortalece el Estado se amplía la democracia. ¿Cómo se explica la supervivencia de grupos como el de las FARC? Precisamente por el narcotráfico. Históricamente un Estado débil, una sociedad que no tuvo la determinación para combatirlos ni a uno ni a los otros y una guerrilla que se convirtió en el principal cartel de drogas, lo que los hizo demasiado poderosos. Entonces, mientras que en otras regiones, como Centroamérica, una vez que cae la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y deja de financiar a las guerrillas, éstas quedan sin capacidad y deciden negociar. En Colombia lo que sucedió fue que se fortalecieron con el narcotráfico. Es lo mismo que pasó en Afganistán. El narcotráfico y el terrorismo están allí totalmente vinculados y eso es lo que los hace tan fuerte. ¿Cree que los demás gobiernos de la región entienden esto o aún tienen una mirada indulgente hacia esas organizaciones terroristas? Algunos gobiernos no lo entienden. Hay ambigüedad en este tema y no se comprende cabalmente lo que es un grupo terrorista, lo que hacen y lo que han hecho. Y a veces se piensa que una negociación debe ser el camino sin importar las condiciones. En Colombia creemos en la negociación pero con condiciones claras y definidas para que no sea un sometimiento del Estado sino una garantía para la democracia. Cuando Uribe en los últimos días de su mandato denunció que el gobierno venezolano amparaba a las FARC, se produjo una gran tensión entre ambos países. Las recientes revelaciones sobre la presencia de la ETA en Venezuela, ¿legitiman la denuncia del ex presidente ante la opinión pública colombiana? La opinión pública colombiana siempre tuvo claro que hay presencia de las FARC en países del continente y del mundo. Lo hemos vivido, lo hemos sufrido y aquí lo que importa es que haya cooperación eficaz para que las FARC no encuentren ningún espacio físico ni político donde puedan moverse porque de últimas son terroristas, criminales y narcotraficantes. ¿Hay una continuidad de la gestión de Uribe por parte del actual presidente Juan Manuel Santos? Hay continuidad en las políticas fundamentales pero también es lógico que haya diferencias porque hay que introducir cambios y modificaciones según lo que el gobierno actual considere. Pero en lo fundamental uno ve que las políticas esenciales continúan. Hay quienes afirman que el estallido de la violencia ligada al narcotráfico en México es producto de la decisión de Felipe Calderón de combatir a los cárteles. ¿Comparte esa opinión? Los fenómenos de violencia que origina el narcotráfico no se dan de un día para el otro. La capacidad que tiene el delito organizado de infiltrarse y de someter a la sociedad es descomunal y lo que hay que cuidar es no reaccionar demasiado tarde. Creo que lo que está pasando en México es precisamente que el Estado, que tiene la obligación política y moral de combatirlos, los está combatiendo. Y lo que hay que hacer precisamente es someterlos con política, con inteligencia, con concertación y respaldo social y del sector privado, con el apoyo de los medios de comunicación; es decir, una política de Estado integral. Es la única forma. Si el Estado se deja someter por los barones de la droga, se están sometiendo en última instancia la democracia y las libertades. |
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