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Buenos Aires.- El cuerpo del ex mandatario será velado hasta las 9 de mañana en la Casa Rosada, sede del Gobierno, y posteriormente, alrededor de las 11, estaría arribando al Aeroparque de Buenos Aires en un cortejo fúnebre, pudo confirmar Infobae.com.

Los organizadores esperan que el traslado hacia el aeropuerto no se demore más de dos horas, dado que el entierro en el cementerio está pautado para las 13.30.

Para alcanzar ese objetivo, se dispuso un fuerte operativo policial a fin de “agilizar” la salida del ex presidente de la Casa de Gobierno, detallaron a Infobae.com personal a cargo de las tareas.

No obstante, el recorrido en rigor podría demorar horas si, como es de esperar, la multitud se lanza a la calle a despedir al ex mandatario argentino en su último paseo por Buenos Aires.

El cortejo fúnebre recorrerá las arterias Lendro N. Alem, Córdoba, 9 de Julio, Libertador, Salguero, hasta el Aeroparque.

Una vez en el aeropuerto capitalino, los restos mortales de Kirchner recibirán el tratamiento final de la casa fúnebre elegida para preparar el cuerpo, e inmediatamente serían trasladados a Río Gallegos (2.636 kilómetros al sur de Buenos Aires), donde otra caravana popular escoltará la comitiva oficial hasta el cementerio local.

En el cementerio, según adelantó el vicegobernador de la provincia de Santa Cruz, Hernán Martínez Crespo, sólo la familia y el círculo más íntimo asistirá a un breve responso y al sepelio del ex presidente en una bóveda familiar.

Kirchner, que gobernó Argentina entre 2003 y 2007 y que ha sido el dirigente político más importante del país en la última década, nació en Río Gallegos en 1950.

Abandonó la ciudad para estudiar en la Universidad de La Plata, en la provincia de Buenos Aires, donde conoció a su esposa, la hoy presidenta Cristina Fernández, pero regresó tras el golpe de Estado que inauguró la dictadura militar argentina (1976-1983).

En Río Gallegos comenzó una carrera política como alcalde que se afianzó como gobernador provincial y le catapultó a la Presidencia, en 2003.

Desde entonces, habitó la residencia oficial de Olivos, en Buenos Aires, pero viajaba prácticamente cada semana a su ciudad natal o a El Calafate, donde los Kirchner poseen una residencia familiar, Los Sauces, y un hotel de lujo, y donde la muerte le sorprendió el pasado miércoles.

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