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Managua.- Con el paso de los días la efervescencia nacionalista provocada por el conflicto con Costa Rica por el dragado en el río San Juan comenzó a descender, para dar paso entre sectores políticos al temor de que todo se trate de una “estratagema magistral perfectamente planificada” que podría derivar en la reelección del presidente Daniel Ortega.

La sospecha ya traspasó las fronteras y a nivel centroamericano se afirma que la Presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, al igual que Ortega, también saca provecho de la disputa con intereses ocultos.

El otrora comandante de la revolución, Henry Ruiz, es de los que afirman que al despreciar una salida rápida y beneficiosa a través del cumplimiento de la resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) —que era lo más beneficioso ya que dos de las tres recomendaciones beneficiaban a Nicaragua—, por irse a un pleito largo, Ortega dejó en evidencia que una vez más antepuso su interés de reelegirse sobre los intereses nacionales.

En cuanto al retiro de las tropas, que fue en el punto que rompió la mediación de la OEA, Ruiz comparte la opinión del general en retiro Humberto Ortega, hermano del Presidente, de que retirarlas no habría implicado perder soberanía, ya que bastaba replegarlas hacia una base permanente que tiene el Ejército a unos seis minutos en panga de donde están en la actualidad.

“Retirar las tropas en el momento para sentarse a dialogar, no por los límites, porque eso ya está establecido, sino para buscar solución a otros problemas, entre ellos la situación de miles de nicaragüenses que viven allá y de otros miles que cada año viajan a recolectar las cosechas, habría dejado a Daniel como un estadista”, enfatiza Ruiz.

Considera que los partidos de oposición, por el temor a ser vistos como antipatriotas y perder votos, prefirieron respaldar a Ortega sin condiciones y aprovechar para intentar rehacer sus fuerzas y seguir disfrutando del pacto. Sin embargo, espera que la población reaccione, y que los ciudadanos decodifiquen el engaño y sigan luchando para evitar las reformas constitucionales que permitan a Ortega perpetuarse en el poder.

El diputado del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), José Pallais, también es de la opinión que Ortega “nos quiere narcotizar para que nos olvidemos de la defensa de la soberanía popular, que es tan necesaria como la defensa de la soberanía territorial”, afirma Pallais.

DANIEL ORTEGA COMO LUIS SOMOZA

Según Pallais, algo similar hizo Luis Somoza tras el asesinato de su padre, Anastasio Somoza García, y unas elecciones muy cuestionadas: “Exacerbó y desbordó el conflicto (por la) defensa de la soberanía de la zona del Mokorón, que al final terminó en una disputa en La Haya, donde Nicaragua perdió el caso ante Honduras”. Pallais niega que hayan extendido un cheque en blanco a Ortega y asegura que seguirán luchando por la institucionalidad del país.

El diputado de la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN), Eduardo Montealegre, que respalda la decisión del presidente Ortega de no desmovilizar las tropas, señala que efectivamente el Presidente actúa como los políticos tradicionales, al tratar de sacar provecho de la situación. Sin embargo, considera que los tiempos han cambiado y la gente ya no se deja engañar, por lo que a Ortega le “puede salir el tiro por la culata”.

Por su parte, el académico y analista salvadoreño Roberto Cañas declaró a una agencia de noticias que Ortega y Chinchilla aprovechan la disputa “con intereses ocultos”, ya que en el río San Juan hay réditos económicos que ambos utilizan porque provocan la movilización de la conciencia nacional.

NICARAGUA PROTESTA

Mientras tanto, la solución a la crisis se torna cada vez más lejana. Ayer la presidenta Chinchilla anunció en conferencia de prensa que, en cumplimiento a la resolución del Consejo Permanente de la OEA, Costa Rica ya no tiene presencia policial ni realiza sobrevuelos en la zona en disputa.

Más tarde el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica convocó a su contraparte en Nicaragua para la reunión binacional fijada para el 26 y 27 de este mes, con el acompañamiento de la OEA, y sometió a su consideración la agenda del encuentro. La reunión técnica se realizaría el 26 y el encuentro entre Chinchilla y Ortega sería el 27.

Sin embargo, reitera como condición que “se cumplan los acuerdos” contenidos en la resolución de la OEA, es decir el retiro de las tropas, a lo que el Gobierno nicaragüense se niega por considerar que los soldados están en territorio nacional y moverlos sería perder soberanía.

Anoche, a través de uno de los escuetos comunicados que acostumbra emitir la Cancillería, se respondió la invitación: El Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua “reitera su posición inalterable de hacer uso del diálogo fraterno e incondicional para discutir todos los puntos de la Agenda pendiente entre ambos países, de acuerdo a la calendarización establecida”, dice el documento, sin hacer referencia a la condición impuesta por Costa Rica.

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