¿Por qué estamos quedando tan aislados internacionalmente?, preguntan a Ortega - TicoVisión
Escrito en 20/11/10 a 09:55:35 GMT-06:00 Por Administrador
Política
¿Por qué estamos quedando tan aislados internacionalmente?, preguntan a Ortega - TicoVisión



Programa semanal “El pulso de la semana”, de don Edmundo Jarquín, jefe del partido disidente sandinista MRS, que le pregunta en esta ocasión al señor Ortega el, ¿por qué Nicaragua está quedando tan aisladamente en el ambiente internacional?, y al mismo tiempo le responde las causas que él analiza y estima lo provocan.


20 de Noviembre de 2010
TicoVisión
Por Edmundo Jarquín del MRS
Managua








San José.- Teniendo la razón, perdemos la votación

¿Por qué, debería preguntarse el Presidente Ortega, estamos quedando tan aislados internacionalmente?

¿Por qué, teniendo la razón, porque la tenemos, en cuanto a los derechos nicaragüenses sobre el Río San Juan, hemos perdido dos votaciones sucesivas en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA)?

En ambas votaciones solamente hemos tenido un voto a nuestro favor, el de Venezuela, mientras todos los demás países, grandes o pequeños, con gobiernos de derecha o de izquierda, miembros o no del ALBA, han votado contra Nicaragua, y unos pocos se han abstenido.

¿Por qué?

Hay al menos dos razones básicas.

La primera, porque no se estaba votando sobre los derechos limítrofes de Nicaragua y de Costa Rica. Sencillamente, lo cual es una norma de oro de la diplomacia, se votaba por un llamado al diálogo, a la negociación bilateral, antes de recurrir a las decisiones jurisdiccionales, o a las del uso de la coerción internacional para mantener la paz y la seguridad. Es más, la votación era sobre una propuesta del Secretario General de la OEA, que explícitamente decía el diálogo debía ser respetando los tratados, laudos y sentencias que establecen derechos limítrofes, instrumentos que indiscutiblemente afirman la soberanía nicaragüense sobre el río, incluyendo el derecho a dragarlo. Incluso, es una propuesta que respalda la sustancia de la demanda nicaragüense de terminar el amojonamiento de la frontera de conformidad con esos tratados, laudos y sentencias.

La segunda razón, es que nuestra gestión diplomática se ha mostrado desordenada, incompetente, no solamente al no reconocer el  punto anterior y no haber respaldado la propuesta del Secretario General de la OEA, sino porque después el propio Presidente Ortega la emprendió con ataques extralimitados con países amigos -la verdad que no tenemos enemigos, salvo cuando los inventamos-   y dejó la imagen de Nicaragua tan mal parada que ha dado a Costa Rica espacio para tomar iniciativas diplomáticas que le eran inimaginables, incluso demandar a Nicaragua en la Corte Internacional de Justicia de La Haya con pretensiones excesivas, lo cual arriesga reabrir el caso cerrado de los límites entre ambos países.

Pero en el fondo, nada se ha perdido. Y, como dijo en un breve pero extremadamente bien fundado artículo Danilo Aguirre, Director Fundador de El Nuevo Diario, aún es tiempo de “enderezar el barco”.

Vienen dos grandes citas político-diplomáticas, antes de la Reunión de Cancilleres de la OEA fijada para el 7 de diciembre. Por un lado, la Cumbre de la Unión de Naciones de América del Sur (UNASUR), en Guyana; por otro, la XX Cumbre Iberoamericana en Mar del Plata, Argentina. En ambas citas con seguridad se reiterará el llamado al diálogo bilateral entre Nicaragua y Costa Rica, y muy probablemente gestiones tras bambalinas se realizarán previo a esas Cumbres para que sus llamados tengan efecto. Y antes, muchas personalidades, organizaciones e instancias se están sumando a ese llamamiento al diálogo y la negociación bilateral.

Es la oportunidad para “enderezar el barco”. Ojalá así se entienda.

Unidad interna, fuerza externa

La eficacia de nuestra gestión diplomática dependerá de la sabiduría, que hasta ahora no ha tenido, y de la legalidad, que hasta ahora tampoco se ha invocado ante ninguna instancia. Pero  también dependerá de la unidad interna de los nicaragüenses y del prestigio internacional de nuestro país.

No abona al prestigio internacional adoptar actitudes belicosas, prepotentes, arrogantes.

Tampoco abona a la unidad interna cuando cualquier opinión de discrepancia con la gestión gubernamental es acusada de “vende patria”, o cuando se trata de partidizar la defensa de la soberanía. Esto es lo que denuncié a inicios de la semana cuando aparecieron las mantas diciendo “El Río San Juan es nica”  -que ninguna duda cabe-  seguidas de la leyenda  “Daniel 2011”, que muchas dudas convoca.

Orientación pastoral para la acción

La Conferencia de Obispos Católicos tenía prevista su reunión de esta semana desde hace tiempo. Su mensaje, por tanto, no puede considerarse inducido por las circunstancias derivadas del conflicto limítrofe, pero no podía dejar de  pronunciarse sobre el mismo.

Después de reafirmar los derechos de Nicaragua, el pronunciamiento de los obispos hace un llamamiento al diálogo y a la solución pacífica de la controversia, pero levanta la preocupación sobre que “la crisis surgida en torno al tema distraiga la atención del gobierno y de los ciudadanos y nos lleve a ignorar y no afrontar los graves problemas internos de la nación”. Y agregan los obispos, en su orientación pastoral, es decir, en su orientación para la acción, porque de entrada advierten que no les corresponde proponer soluciones técnicas, que “los grandes problemas socio-económicos, la crisis institucional no resuelta y el reto de un año electoral a las puertas, nos exigen a todos atención y responsabilidad para colaborar, cada uno desde sus propias posibilidades, sin minimizar la situación y sin caer en la resignación, en la búsqueda de caminos de solución para tan graves dificultades que afectan el presente y el futuro del país”.

Tanto más válida esa orientación pastoral de los obispos cuando dicen que la hacen como un “servicio a la formación de las conciencias en la política”, y además lo hacen con un ecumenismo enaltecedor pues su mensaje va dirigido a “sacerdotes, religiosos (as), agentes de pastoral, pueblo católico, hermanos en la fe cristiana, nicaragüenses, hombres y mujeres de buena voluntad”.

Nadie, entonces, queda fuera de esa convocatoria episcopal para que Nicaragua, viendo hacia afuera, a sus problemas limítrofes, no descuide sus problemas internos, los que se tocan con la vida diaria de todos los nicaragüenses.

Razones sí, bravuconadas no

Ayer se anunció que se había llegado a un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto da confianza y previsibilidad en cuanto a la estabilidad macroeconómica.

La noticia contrasta con la bravuconada del Presidente Ortega quien con motivo de la primera votación en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), amenazó con sacar a Nicaragua de esa organización.

No midió, o no conocía el Presidente, que si nos salimos de la OEA automáticamente quedamos excluidos del acceso a los recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que forma parte del Sistema Interamericano cuyo paraguas es la OEA.

Quedarnos fuera del BID, la principal fuente de financiamiento multilateral, significaría paralizar numerosas obras, como la carretera Acoyapa-San Carlos, varios caminos de penetración, o la ampliación de hidroeléctricas, como los aprovechamientos secundarios del lago de Pantasma, entre otros proyectos. Pero lo que es peor, sería imposible mantener el balance financiero externo, y las consecuencias en términos de inflación, desempleo y pobreza serían pavorosas.

Afortunadamente todo indica que no se irá más allá de la bravuconada, o emberrechinamiento como se dice popularmente.










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