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¿Cuál es la realidad del diferendo fronterizo entre Nicaragua y Costa Rica?

El neopopulismo es un fenómeno político notorio en América Latina que se pone una vez más de manifiesto en el actual y artificial diferendo fronterizo de Costa Rica y Nicaragua.

Costa Rica y Nicaragua son dos pueblos que declinan y caen en la teatralización montada sobre un ficticio diferendo que evidentemente ha sido artificialmente creado por los dos gobiernos de turno.

En la realidad la desgracia del pueblo pobre de Nicaragua y la desgracia del pueblo pobre de Costa Rica, no dista la una de la otra en mucho, mientras Nicaragua padece de una pobreza endémica, Costa Rica experimenta grandes reveses en la lucha contra la pobreza y encara grandes dificultades para combatirla.

El trasfondo del diferendo fronterizo, que tiene visibles ribetes político y ventajas económicas personales de algunos miembros del Estado y partidos políticos, emerge súbitamente de dos gobiernos en turno malévolos e irresponsables.

Por un lado [Nicaragua], en manos de un inicuo, cínico y megalómano, Daniel Ortega Saavedra, que busca la reelección a través del show fronterizo, una estrategia más, como una nueva táctica para maniobrar no solo en contra de sus enemigos políticos [los sectores democráticos], sino para descompresionar los niveles de descrédito en la población Nicaragüense, que contrariada ha perdido la paciencia por el hambre y la miseria generalizada, los altos niveles de violencia y el enriquecimiento desvergonzado, insolente, y desmedido de las élites Orteguitas.

En el otro lado [Costa Rica], exhibición fronteriza, apoyada por la sagaz y disimulada presidente Laura Chinchilla, miembro militante del partido de Liberación Nacional Costarricense, afiliada a la internacional socialista, otra posible causa y un tanto no extraña, sería una hábil aliada y prosélito de los compañeritos Ortega-Saavedra.

El exhibicionismo fronterizo tiene su origen en una posible estrategia, factiblemente diseñada por Humberto Ortega, realmente el único estratega sandinista competente, puesto que no existe otro dentro de las filas Sandino-Orteguistas que haya demostrado una habilidad política suficiente como para generar un efecto substancial en contra del acelerado desgaste político, de un sandinismo fracasado, fraccionado, descompuesto y sumido en un proyecto largamente malogrado por el crimen y el excesivo personalismo.

De la noche a la mañana reaparece súbitamente en la palestra política la figura de Humberto Ortega. ¿Por qué?

¿La conversada y planificada estrategia tuvo su lugar en territorio Costarricense? La evidencias direccionan afirmativamente.

Hay varios hechos substanciales que llaman poderosamente la atención. Por ejemplo, ¿Qué grado o nivel técnico tiene o tenía en realidad Edén Pastora para ser el delegado oficial del Gobierno de Daniel Ortega en el dragado del Rio San Juan?

La única acreditación de Edén Pastora Gómez es la de ser un show-man, de personalidad histriónica, impulsiva y de hablar violento que todavía puede atraer al similar nicaragüense no pensante y de simpatía por la violencia.

Si el dragado del Rio San Juan iba a tener propósitos serios, definitivamente que el gobierno debía saber que hay profesionales nicaragüenses de una amplia trayectoria técnica, de preparación académica, profesional, que concluyentemente podían hacer un brillante trabajo con gran conocimiento y responsabilidad.

Pero definitivamente que dentro del análisis de los actos preparativo del show del diferendo fronterizo, pone en tela de juicio a estas alturas del problema que haya habido en realidad cualquier intento de nombramiento serio, que realmente recayó en un sujeto muy poco reflexivo, ensimismado en su muy cuestionada epopeya de asalto al palacio, manipulable y de carácter profano, escogido con su beneplácito para satisfacer las ambiciones de Daniel Ortega Saavedra.

El dragado del Rio San Juan, su rehabilitación y acondicionamiento tiene no solo que ver con la soberanía Nicaragüense, sino que representa en gran parte su prosperidad.

Y también, es una magnánima empresa que de llevarse a efecto bajo la exclusiva óptica del control de la soberanía y el progreso económico financiero de Nicaragua, no podría realizarse a plenitud sino en la continuidad y congruencia de muchos gobiernos y no en el contexto de un solo gobierno.

La banal y mediocre administración actual, ya agonizante de pocos meses para su finalización, en acciones desesperadas, lucha a muerte por su sobrevivencia en el escenario político, para ver si el pueblo Nicaragüense no les pasa la cuenta por la multiplicidad de embustes, adornos y bagatelas, minucias, huesos pelados, que le han arrojado al pueblo militante Sandinista, cuando en la realidad hay un elevadísimo porcentaje de nicaragüenses (70%) que no tienen la esperanza de salir de la miseria y que solo ven el enriquecimiento de cuatro Orteguistas acaparadores, traficantes y explotadores de conciencia, que juegan con las necesidades básicas del pueblo nicaragüense y su futuro.

De este razonamiento nace y se destaca la substancial responsabilidad de que al elegir personal para tan magnánima empresa se envié el personal más acreditado, avalado por una estrategia nacional con una multifacética participación.

¿Por qué fue precisamente enviado entonces un personaje nicaragüense de conocidas características y de deficiencia a encarar un problema del cual no tenía ni la más mínima idea técnica de lo que a fondo en lo financiero, tecnológico, político, económico, medio ambiental, jurídico, demográfico, significa esta empresa nacional?

La implementada estrategia del artificial diferendo fronterizo, que se ha venido desarrollando por Ortega y sus clanes, ha sido con el único objetivo de lograr un apoyo generalizado del pueblo pobre de Nicaragua a favor del Gobierno y las líneas Orteguistas, que irían en el solo beneficio de favorecer a un tirano reeleccionista.

Posibles beneficios del show fronterizo:

Despertar el sentimiento nacionalista del pueblo Nicaragüense y avivar la enmohecida y embustera lucha sandinista por una fantasiosa defensa de la soberanía nacional.
Acrecentar la animadversión del pueblo Costarricense en contra del pueblo nicaragüense residente en la vecina Costa Rica, pueblo nicaragüense residente en Costa Rica que mayoritariamente es antisandinista.
Golpear los sectores democráticos con la cancelación financiera de los aportes del Estado a los partidos políticos por la próxima y venidera contienda electoral, en una vía que bajo el pretexto de la defensa de la soberanía nacional todo cuadre dentro del contexto de la legalidad y la legitimidad, sin que nadie pueda protestar abiertamente.
Habría que indagar que participación sandinista, personal o a nivel de partido hubo en beneficio de la campaña electoral de Laura Chinchilla. [Humberto Ortega, tiene muy buenos nexos y de toda índole con Costa Rica].
La mencionada bomba molotov como atentado a la Embajada de Costa Rica, es una acción grandemente conocida y practicada por vándalos terroristas Sandino-Orteguistas. ¿Fue este un auto-atentado como parte del show?
La OEA en la mentalidad de Daniel Ortega y el lineamiento de su gobierno, no es más que un organismo que hay que mantenerlo alejado para sus pretensiones inmediatas de neutralizar y contrarrestar cualquier intrusión u obstáculo que podrían generar acciones de verificación y examen de las acciones ilegales, subterráneas, secretas y solapadas que ya están en proceso por el Orteguismo con miras a las futuras elecciones, en contra de los sectores democráticos, la población nicaragüense, el régimen de legalidad de Nicaragua.

El tema del diferendo territorial es un tema sensible para la soberanía nicaragüense y su solución no está en manos de un solo gobierno, menos de un descreditado tirano y sus clanes de oportunistas.

La solución de los diferendos territoriales están enmarcados dentro de sendas agendas políticas nacionales, de múltiple participación, particularmente en democracia, en donde se debe reflejar visiblemente un liderazgo legítimo y colectivo proveniente de todos los sectores políticos, económicos y sociales de la nación, en niveles de ascendencia y con un alto grado de credibilidad, con valores compartidos que motiven profundamente a la reflexión responsable, en todas los esferas nacionales, sobre la temática de estrategias políticas, diplomáticas, apoyados en la amistad desarrollada con nuestros vecinos, fundamentalmente a nivel de pueblo y más allá de los respectivos gobiernos.

¿Será cierto que con la pobreza se desvalúan las democracias?

Formulo esta pregunta porque poderosamente llama la atención ¿Cómo Costa Rica, ampliamente aventajada con una diplomacia y un sistema democrático prestigioso, haya tan fácilmente cedido a su envolvimiento en políticas absurdas de fuerza?

Políticas que además de ser desfasadas, sus perspicaces e ingeniosos analistas deben saber que cualquier diferendo territorial no se va a resolver de la noche a la mañana.

Que Costa Rica hoy no tiene una estrategia jurídica infalible que les pueda garantizar un triunfo para concretizar una ganancia sobre derechos territoriales que vayan en su propio beneficio.

La realidad es que frente a un dañino neopopulismo aunado al hecho de que Laura Chinchilla, Presidente de Costa Rica, afiliada al Partido de Liberación Nacional de Costa Rica, Rene Castro Salazar, Ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Secretario General del Partido de Liberación Nacional de Costa Rica, Daniel Ortega Saavedra y sus Clanes pertenecientes al Frente Sandinista de Liberación Nacional, son todos los mencionados afiliados a la Internacional Socialista en donde no cabría duda alguna que entre ellos hay gato encerrado, en donde no pierde de ninguna manera Daniel Ortega Saavedra dada su ya reconocida impunidad, pero que pone a flor de la discusión la traición de Laura Chinchilla y Rene Castro en contra de la hermana república de Costa Rica y su pueblo, que de demostrarse estos hecho en un país en donde existe un verdadero régimen de derecho en el futuro podrían ser procesado por alta traición.

En Nicaragua todos es posible, el monstruoso y tiránico personalismo, la distorsión de las instituciones públicas, la alteración del orden constitucional, el casi ausente nivel de fiscalización por el temor y el peligro que representa un Presidente, Daniel Ortega, de pasado patibulario, alérgico al Estado de Derecho; pero en la Costa Rica de una prestigiosa y sonada fama democrática, la conducción del gobierno por Laura Chinchilla, si es en esta modalidad, no la hace solamente rechazable y desacertada, incongruente con su propio sistema, sino que coloca a Costa Rica ya en vías de un peligro inminente a la corrupción de su sistema y en el futuro dejarle las puerta abierta al Sandinismo-Orteguista en Costa Rica.

¿Será que ya Costa Rica silenciosamente, disimuladamente, a través de su gobierno cayó en el Club de Chávez, Cuba, Evo Morales, y compañía?

Hegemonía, ideología y traición en contra de dos pueblos hermanos y vecinos que están una vez más en lucha ¿Por qué?

Más que al pueblo Nicaragüense, debería preocupar y alarmar al pueblo Costarricense sobre qué tipo de gobierno tiene y hacia donde Laura Chinchilla y va.