Calidad moral de los agresores de Costa Rica - TicoVisión |
Escrito en 07/01/11 a 14:46:24 GMT-06:00 Por Administrador |
TicoVisión 07 de Enero de 2011 TicoVisión Por Mauricio Díaz Dávila Diputado suplente ante el Parlacen Los vividores Vividor (a): “Dícese de la persona laboriosa que busca modos de vivir”. “El que vive a expensas de los demás, buscando por malos medios lo que necesita o le conviene”.(Océano Uno, Diccionario Enciclopédico Ilustrado) El concepto adecuado a los magistrados fácticos y a los funcionarios impenitentes que se aferran a sus cargos aún en contra de sus propias conciencias, pisoteando la ley y la moral, es el segundo. Viven a expensas del trabajo de los nicaragüenses; usan malos, sucios y cualquier medio para conseguirlo. Y lo peor de todo es que no tienen el más mínimo pudor en la usurpación de esas funciones, en la ostentación de esos cargos. Todo lo contrario, ocultan su vergüenza intentando erigirse en atalayas morales, justificando sus acciones inmorales, como repartirse partidas extrapresupuestarias de procesos fraudulentos: juegan el manto sagrado de la voluntad popular que se reparten con los dados de la ignominia, pues además de ser ladrones de bienes materiales, le están robando a los nicaragüenses sus esperanzas de una Patria libre y democrática. El primero caracteriza a la gran mayoría de ciudadanos honrados de Nicaragua que no siendo “honorables ciudadanos” luchan por conseguir el sustento cotidiano para sí y sus familias. El segundo es atribuible a personas sin escrúpulos que con tal de vivir del erario asumen las posiciones más denigrantes para cualquier persona humana; bufones de la nueva monarquía, marionetas instrumentales de un poder terrenal cada vez más abyecto, corrupto y corruptor. ¡Y lo peor de todo es que les gusta! Estos sujetos encubiertos en el ropaje que les da la impunidad y el crimen, la amenaza y la extorsión, son la escoria de la Patria. Deben ser extirpados por sanidad social pues sus ejemplos corroen los cimientos de la sociedad sobre todo cuando reciben el agua bendita de una piara maldita. Sienten orgullo de ser protegidos del crimen. Se regodean de ser amigos de Lenin. Sienten satisfacción de ser adulados por otros serviles minúsculos que en la cadena de la degradación humana se postran como deformes jorobados, no de Nuestra Señora de París, sino del crimen, la putrefacción humana en el estercolero de la historia. Estos traidores de la Madre Patria creen que son intocables como lo fueron los somocistas hasta su derrumbe final. Esta caterva de coprófagos (Coprosa) muy pronto sentirán que la justicia tarda pero llega y que más temprano que tarde habrá decretos confiscatorios de sus bienes mal habidos hasta sus últimas generaciones, ¿y por qué no? Hasta de “sus allegados” protegidos por la sotana que denunció el padre Pallais, la del Obispo zángano y la del empleado público matrero. Creen que “este pueblo tiene lo que se merece” y que ellos pueden burlarse de los “idiotas” nicaragüenses que por humilde respeto a la autoridad civil y/o eclesiástica, se traga el latrocinio y el abuso a que es sometido día a día, sin protestar. Intentan burlarse de toda una nación generosa que trabaja y lucha día a día por llevar “el pan nuestro” a sus hogares. Ese pan que contrasta con los nuevos millonarios desvergonzados que se chupan el sudor y la sangre de un pueblo humilde pero digno. Allí ubico al hombre que me inspiró a escribir estas reflexiones: académico al servicio de la corrupción. Hombre “dizque” de izquierda cuando es de su propia vanidad intelectual por sobre muerte, exilio, sufrimiento, hambre, dolor de miles de nicaragüenses. ¿Para qué ser “hombre de izquierda” si terminas en la letrina? |
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