¡La Población y los Inmigrantes! - TicoVisión |
Escrito en 09/01/11 a 07:55:42 GMT-06:00 Por Administrador |
TicoVisión 09 de Enero de 2011 TicoVisión Por Alejandro José Gallard-Prío Analista Internacional EL ARCHIVO CXXII – ¡La Población y los Inmigrantes! Alejandro José Gallard-Prio El tema de la población es vital para los países en desarrollo, ya que sin ella, no hay forma de salir avante y mucho menos, cuando es empobrecida por la corrupción de sus dirigentes. La pobreza, la falta de esperanza, obliga a emigrar, lo cual engrandece al país que los recibe, por eso, es que no comprendemos el por qué estos países, entre ellos, Costa Rica, no extienden su alfombra roja de bienvenida a los inmigrantes, ya que estos futuros ciudadanos, enriquecen los países con sus labores y deseos de superación. La prueba más viviente la tenemos en este Continente: Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, México, Canadá y por ser, lo que más nos atañe, los Estados Unidos de América. Según la historia, los primeros inmigrantes que llegaron al Norte de América fueron de Asia, quienes al derretirse el hielo en el estrecho de Bering, se convirtieron en los indígenas de América del Norte, así como la primera inmigración europea que llegó al Norte, después de la visita de Colon en 1492, fueron los españoles, quienes fundaron Pensacola (Florida) en 1559, seguidos por los franceses que fundaron el Fuerte Carolina en 1564. En 1565, tenemos nuevamente a los españoles en San Agustín, que todavía vibra en el Estado de Florida y en 1598, Don Juan de Oñate, construyó la Colonia San Juan, en la ribera del Rio Grande, de lo que hoy es el Estado de Nuevo México. Del siglo 17 al 19, los inmigrantes que llegaron a Estados Unidos eran europeos, considerados como colonos o pobladores, que eligieron la agricultura, con la promesa de tierras baratas. Llama la atención que un buen número de ellos, llegaron como servidumbre, previamente contratada. Actualmente, los Estados Unidos, necesita “servidumbre”, que facilite a las parejas, cuando ambos trabajan, regresar al hogar, encontrar una casa limpia, con una cena caliente y por sobre todo, con alguien que les supervise los hijos, cuando salen de las escuelas y ellos estén todavía en el trabajo. Este servicio, crearía fuentes de trabajo a inmigrantes a través de una puerta legal, que fue usada anteriormente con éxito. Entre las cosas curiosas que nos enseña la historia de la inmigración a Estados Unidos, incluso cuando Texas era territorio español (1690 al 1821), es que fueron los “isleños” (Las Islas Canarias) quienes poblaron lo que hoy se conoce como la ciudad de San Antonio, de donde pasaron a Luisiana entre 1778 al 1783, cuando el territorio estaba bajo la Corona de España, donde también llegaron los franceses de la región de Acadia, ahora conocida como Nueva Escocia, expulsados por los ingleses de Canadá. La era entre 1820 a 1849 fue la de mayor influjo de inmigrantes católicos, primordialmente irlandeses, quienes fueron lo que inspiraron el primer brote de “nativism” (doctrina de la ideas innatas), que combinaba una antipatía a los inmigrantes en general con el temor que infundía el Catolicismo y una generalizada aversión a los irlandeses. Las Colonias que llegaron a ser los Estados Unidos de América, fueron fundadas en su gran mayoría por ingleses, protestantes y firmes creyentes de la Libertad de Religión. El “nativism” se expandió hacia un poderoso movimiento político y hasta formó un Partido, llamado “The Know Nothings” (Los Que No Saben), cuya agenda política se basaba en el anti catolicismo y anti inmigrantes. Si a esto le sumamos los más de dos millones de europeos del este, en su mayoría católicos, entre ellos, los Polacos -el grupo más numeroso del Este de Europa-, los Libaneses, Sirios, todos cristianos católicos ortodoxos y añadimos los millones de judíos, mahometanos, árabes, hindús, budistas, comprendemos el por qué los descendientes de los fundadores, protestan, ya que ellos nunca pensaron en un país tan representativo de la población mundial, como lo es USA. Fue en 1850 que por primera vez se pregunto el lugar de nacimiento en los Censos. A continuación podrán leer una lista de países que representan la mayor cantidad de población nacida en el exterior que ha emigrado a los Estados Unidos hasta el año 2000, de acuerdo a estadísticas del Departamento de Migración. Las cifras son por miles: Alemania, bajó de 2,063 en 1900 a 712; Canadá, bajó de 1,310 en 1930 a 678; China, 1,391; Corea, 701; Cuba, 952; Dominicana (República), 692; El Salvador, 765; India, 2,000; Irlanda, bajó de 1,855 en 1880 a 339. en 1960; Italia, bajó de 1,790 en 1930 a 581. en 1990; México, 7,841; Pakistán, 724; Filipinas, 1,222; Polonia, bajó de 1,269 en 1930 a 418; Rusia, bajó de 1,154 en 1930 a 406. en 1980; Reino Unido, bajó de 1,403 en 1930 a 640. en 1990 y Vietnam, 863. En el año 2,000, habían 31 millones, 100 mil ciudadanos o residentes legales, nacidos en el exterior o sea el 11.1 % de una población nacida en USA de 250 millones 321 mil. Los países que aparecen con bajas, se debe a que muchos han fallecido y otros, como el caso de los alemanes, polacos, italianos e ingleses han regresado como jubilados a su país de origen, muchos de ellos con la doble ciudadanía. En 1986, salió el Acuerdo de Control y Reforma Migratorio (IRCA), donde por primera vez se contemplaba penas para los empleadores que contratasen inmigrantes indocumentados, lo cual supuestamente dio amnistía a unos 3 millones que ya estaban en el país, en su mayoría mexicanos, lo que señala que para 1980, habían 2,198.000; 4,289,000 para 1990 y,7,841.000 mexicanos para el 2000. Si a esto le sumamos un 80 por ciento de los 12 millones de indocumentados que se calculan residen actualmente en USA, nos dice, que el 16% de la población mexicana reside en los Estados Unidos, o sea unos 16 millones. Como verán, los inmigrantes de la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe, no hacen impacto antes estos números, por lo que considero una injusticia, que no se legalicen los que ya están residiendo con familias nacidas en Estados Unidos. Hasta la próxima semana con EL ARCHIVO CXXIII. |
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