Estos no son hechos aislados: sucesivos apagones masivos, rupturas de desagües y carreteras en deterioro son la cara visible de un problema nacional.

“Es un engaño tratar de asumir los gastos de los proyectos viales y de estructuras. En general tendrían una duración eterna. Desde un comienzo se han cometido errores y todo esto por no ejercer una armonía con el medioambiente”, indica Jackes Fresco, futurista e ingeniero.

En los años de la posguerra, el ritmo de las construcciones en EE. UU. alcanzó niveles récord. Gracias al factor industrial surgieron proyectos de enormes dimensiones. Hoy, sin embargo, todas aquellas infraestructuras han alcanzado el límite de su vida útil y reconstruir el país se ha convertido en una prioridad de la agenda presidencial.

“Actualmente son miles de kilómetros de carreteras, vías de ferrocarril, puentes, presas y otros proyectos los que necesitan reparaciones y mantenimientos urgentes. Es imprescindible reconstruir la infraestructura nacional. Pero, al mismo tiempo, al hacerlo podemos generar fuentes de trabajo que dependan de todas estas obras. Este es el plan que nuestro gobierno propone”, afirmó el presidente Barack Obama.

Óscar González es el portavoz de un masivo proyecto en la Autopista 836 de Miami y señala que a pesar de que la obra es nueva, el mantenimiento de la misma es la clave para su funcionamiento.

“El mantenimiento es lo que nosotros planteamos de aquí a 5, 10, 20 años con el propósito de que la estructura tenga duración”, comunicó Óscar González.

Pero hacer realidad esta estrategia conlleva una factura enorme: de acuerdo con la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles, hará falta una inversión de miles de millones de dólares para ejecutar un plan de mantenimiento que durante los próximos 5 años permita que todo el complejo estructural del país vuelva a tener niveles aceptables.

“Primeramente necesitamos una estrategia nacional para renovar carreteras, puentes y obras a nivel nacional. Es decir, la prioridad es reparar lo que actualmente necesita mantenimiento. No podemos permitir que la infraestructura existente se pierda, porque es un componente demasiado importante en el funcionamiento del país”, resumió Douglas Foy, presidente de Serrafix y exsecretario de Desarrollo del Gobierno de Massachusetts.

Y ese componente es quizás el más importante cuando se habla de seguridad ciudadana.

“Al público le interesa saber que las plantas nucleares, puentes, carreteras y edificios no se van a caer porque hay alguien que se está encargando de mantenerlos operativos”, destacó JayEtta Hecker, analista del Centro Bipartidista y asesora de Rand Corporation.

Recientemente, la Administración de Seguridad de Carreteras emitió un informe en el que señala algunos problemas adicionales y es que, por ejemplo, según el reporte uno de cada 4 puentes ha pasado a estar obsoleto o tiene algún tipo de deficiencia estructural.

Lo mismo sucede en el sector ferroviario, de irrigación, de drenajes, alcantarillado, suministro eléctrico y oleoductos.

Y es que en suma, la infraestructura de un país es algo similar a los huesos de nuestro cuerpo: no se piensa en ellos hasta que se fracturan. En el caso estadounidense, la fractura puede ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar.