del personal de seguridad", con "muertos y heridos", y "restricción de acceso a los hospitales".

"Si todo eso es cierto, no puede continuar", subrayó el portavoz.

Según explicó, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, telefoneó ayer al ministro de Exteriores de Baréin, Jalid bin Ahmed al Jalifa, para expresar la "profunda preocupación" de la UE.

En esa llamada, Ashton pidió al Gobierno de Bahréin que acceda a dialogar con la población y exigió el respeto de los derechos humanos y las libertades de los ciudadanos.

La oposición de Bahréin, un país con mayoría chií gobernado por una minoría suní, exige la instauración de una monarquía parlamentaria, con una nueva Constitución que permita al pueblo elegir un gobierno y un Parlamento independiente.

Ayer, los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad se recrudecieron y dejaron al menos cinco muertos y decenas de heridos.

La policía disparó el jueves contra manifestantes en el pueblo chiita de Deih, al oeste de Manama, informó un miembro de una organización de defensa de los derechos humanos que se encontraba en el lugar.

Según Nabil Rajab, director del Centro de Bahréin para los Derechos Humanos, próximo a la oposición, los policías abrieron fuego con fusiles de caza y lanzaron granadas lacrimógenas contra cientos de personas que habían salido a la calle para participar en una manifestación espontánea.

Varios vehículos policiales antidisturbios bloqueaban la carretera que llevaba al pueblo chiita aledaño de Jidhafs.

Las fuerzas de seguridad de Bahréin dispersaron el miércoles a manifestantes chiitas que realizaban una sentada en la Plaza de la Perla de Manama, con un saldo de cinco muertos, entre ellos dos policías.

Las autoridades anunciaron el miércoles que las concentraciones, manifestaciones y sentadas estaban prohibidas en todo el país.