TicoVisión Costa Rica

¡El Circo de la Frontera!

Por Julian Frech Ayub
Director y Editor de TicoVisión

Separadas por la guardarraya y sentados cada quien en su propio territorio, las delegaciones de Nicaragua y Costa Rica intercambiaban emisarios de un lado al otro sin llegar a nada productivo y culminando con una cita para una próxima reunión | Foto: La Prensa de Nicaragua

Desgraciadamente hasta hoy puedo sacar un ratito para escribir lo mío, pero desde el día doce de abril tengo la espina en el ojo por la gran función circense de que fuimos todos testigos en esta maravillosa tierra, y que se nos dio en la frontera Norte y a tan alto precio que nos hubiese salido muchísimo más barato ir a ver una magna función de “Le Cirque du Soleil” a su país de origen.

Ya sabemos que Daniel Ortega es ¡un payaso de marca mayor!, pero lo grave de esto es que Costa Rica, País con un cuerpo diplomático profesional y serio, al igual que los demás funcionarios que estuvieron presentes (incluyendo a mi querido amigo y viceministro de seguridad don Walter Navarro), hayamos puesto en duda nuestra seriedad diplomática ante los ojos del mundo dando la imagen de que todavía seguimos siendo de ¡ese mundo de tercera! o “tercer mundo”, como ustedes quieran llamarle.

Cortamos la malla de la línea divisoria entre ambos países, para poder ubicar dos mesas (una del lado nicaragüense y la otra del lado costarricense), contratamos un toldo de grandes proporciones capaz de cubrir ambos lados de la frontera. Los funcionarios ni siquiera podían platicar directamente, sino que se tenían que mandar emisarios con los mensajes enviados de un lado al otro y viceversa… ¿no es eso una solemne payasada?; y lo más grave de todo es que después de varias horas de intercambio de emisarios…¡NO SE LLEGÓ A NADA!, simplemente se concertó una próxima cita para dialogar en un tercer país. ¿No era mucho más barato haber enviado desde ambas cancillerías un mensaje de correo electrónico fijando esa próxima cita en un país ajeno al conflicto?

La gran payasada orteguista se dio debido a que su personal enviado a la cita donde supuestamente se tratarían asuntos de “seguridad y acción conjunta contra el narcotráfico”, manifestaron no querer poner un pie en suelo Tico (por supuesto, una niñería y un acto de desprecio hacia el pueblo de Costa Rica).

Pero lo más risible de la gran payasada del “Gran Circo de la Frontera”, es que mientras unos cuantos infantes nicaragüenses no querían poner sus pies en suelo Tico, casi un millón de nicaragüenses han puesto sus pies en Costa Rica y viven en la misma.

Nicaragua mantiene en suelo tico a su embajador y todo su séquito, así como su familia. Don Roberto Rivas, hermano del embajador y presidente del Consejo Supremo Electoral de Nicaragua, tiene su mansión en Santa Ana Costa Rica y es aquí donde viven sus familiares y en donde semanalmente aterriza su avión privado. Don Humberto Ortega, jefe supremo de las fuerzas armadas nicaragüenses y hermano del Dictador Ortega, también tiene su gran mansión y familiares en Santa Ana, Costa Rica. Para colmos, y para cerrar con un sello de oro, el propio Dictador ha tenido a sus hijos estudiando en este País y también mantiene una o más mansiones en Santa Ana, Costa Rica.

Por favor costarricenses, ¿tengo o no razón en referirme a la famosa reunión del 12 de abril como ¡El Circo de la Frontera!?