Alain Juppé, ministro francés del Exterior: “La Alianza Noratlántica quiso asumir la dirección militar de las operaciones y lo hemos aceptado. Hoy tiene que cumplir su papel, o sea, evitar que Gaddafi vuelva a utilizar armamento pesado para bombardear a la población”.

Pero, según diversos analistas, hay que plantearse si la operación de la OTAN realmente pretende defender a la población civil o si su objetivo último es sacar al líder libio del país.

En un reciente artículo, publicado en diversos medios internacionales, los dirigentes de Estados Unidos, el Reino Unido y Francia manifiestan abiertamente que es imposible imaginar un futuro con Gaddafi en el poder. Obama, por su parte, asegura que el derrotero de los acontecimientos está siendo positivo.

“En la actualidad, las batallas militares terrestres están en punto muerto. Pero Gaddafi está presionado en muchas direcciones. Se quedó sin dinero. El nudo se está apretando. Cada vez se ve más y más aislado”, manifestó.

Mientras tanto, muchos países de la comunidad internacional insisten en recalcar sus reticencias a la intervención militar de la OTAN. Así, por ejemplo, los cinco Estados que conforman el grupo BRICS (China, Rusia, Brasil, la India, República Sudafricana) compartieron en su reciente cumbre el principio de que el uso de la fuerza debe ser evitado y afirmaron que la Alianza Noratlántica está sobrepasado en Libia el mandato que ha recibido de la ONU.

“Existe sólo una receta para Libia: empezar a negociar. Crero que la mayor parte de los países y personas en el mundo entienden que el futuro de Libia será diferente de lo que esta nación ha vivido en los últimos 40 años, pero para definirlo es mejor no dar ultimátums, sino instar a negociar a los que quieren lograr una Libia nueva”, declaró Serguéi Lavrov, el ministro ruso de Relaciones Exteriores.

Precisamente esta semana la Unión Africana propuso a Gaddafi y a los rebeldes una hoja de ruta para el cese el fuego en el país magrebí. Sin embargo, los cinco presidentes africanos se fueron sin conseguir éxito.

El camino para encontrar una solución política al conflicto entre los insurgentes y el Gobierno libio ha sido recorrido por diferentes interlocutores. Independientemente de cuál haya sido el país o la organización, la oposición mantiene una postura inamovible: "Gaddafi tiene que marcharse del país”.

Pero, tanto el propio coronel como sus familiares aseguran que el líder libio no dimitirá porque sería una humillación para el país.

Mientras, algunos oficiales de la fuerza atlántica ya prevén que los enfrentamientos se puedan extender hasta dentro de seis meses… y los fantasmas de otro conflicto de largo aliento comienzan a aparecer en la OTAN.