El ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, lanzó una campaña nacional de desarme un mes después de que un joven armado asesinara a tiros a 12 niños en un colegio de Río de Janeiro, y luego se quitara la vida.

Para la iniciativa 'Quita un arma del futuro de Brasil', que  pretende combatir la violencia y la criminalidad en el país, se planea destinar alrededor de 6 millones de dólares hasta final de año.

En acciones similares, del 2003 al 2009, fueron se retiraron de circulación 1,1 millones de armas de fuego, pero este año se espera que el número de entregas aumente.

El ministro anunció en su portal que los propietarios pueden devolver sus armas y municiones, manteniendo totalmente su anonimato, y recibirán una recompensa económica equivalente a unos 190 dólares. Las armas inmediatamente serán destruidas y posteriormente fundidas.