Costa Rica: Política al calor del Estadio - Gloriana Corrales - TicoVisión |
Escrito en 09/06/10 a 13:09:21 GMT-06:00 Por Administrador |
TicoVisión 9 de Junio de 2010 TicoVisión Por Gloriana Corrales Estudiante de Periodismo San José, Gloriana Corrales.- Dicen los conocedores de fútbol que cuando un equipo viene a jugar contra la Selección Nacional en el Ricardo Saprissa, se lo come el estadio. El caso podría ser comparado con la situación en la que se ha visto envuelta la presidenta del país Laura Chinchilla. Al cumplir su primer mes como cabeza del Estado, no queda claro si las decisiones tomadas hasta el momento son producto de su posición “firme y honesta” o si más bien se la come el ambiente. El asunto es que la presión ejercida en los momentos en que algún político corrupto pensó que iba a anotar un gol a su favor hizo que Chinchilla tomara acciones de contraataque, para dicha del pueblo costarricense. Lo primero que doña Laura quiso dejar claro fue su total oposición al proyecto de minería a cielo abierto en Crucitas, que tanto revuelo había causado en la Administración anterior. La táctica fue ir a paso seguro y desde ya anunció su anuencia a prohibir la minería mediante ley. El primer escándalo no tardó en aparecer. A sólo una semana de labores, los diputados de la bancada oficialista centraron sus fuerzas en aprobarse un jugoso aumento salarial. La iniciativa fue muy mal vista. A Chinchilla la aguardaban los medios para conocer su posición al respecto, porque en ese momento se encontraba en Europa negociando un acuerdo comercial. La Presidencia dio respuesta con timidez, pero conforme fueron aumentando las críticas, se fue consolidando la posibilidad del veto a dicho proyecto. No obstante, el jefe de fracción socialcristiano Walter Céspedes y el del Movimiento Libertario, Danilo Cubero, manifestaron que la verdiblanca Viviana Martín había asegurado en múltiples ocasiones que Chinchilla apoyaba el tema del alza salarial. Doña Laura tuvo que traicionar a Martín, quien fue una de sus mayores colaboradoras durante la campaña presidencial y funge como Jefa de la Fracción oficialista. Esta vez, el triunfo fue de la opinión pública y los sueños de gloria de los señores diputados fueron doblegados. Otro tema que generó polémica en los últimos días fue el nombramiento irregular del anterior Canciller, Bruno Stagno, como embajador ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Ante los cuestionamientos éticos manifestados por distintas publicaciones periodísticas, vino la renuncia de Stagno. Pero a la prensa no se le iba a olvidar con facilidad este incidente. Desde que Chinchilla se enteró del asunto, debió haber destituido ella misma al diplomático; pero lo dejó pasar. Ahora había que buscar una estrategia que maquillara un poco la atención sobre este error. ¡Y qué mejor idea que designar a un periodista de la trayectoria y el calibre de Eduardo Ulibarri como nuevo embajador! La prensa celebraría tener a uno de los suyos en un puesto tan importante y se nublarían así las críticas por la actuación de Chinchilla. Es casi como el orgullo y la emoción que generó el que un tico fuera nombrado el mejor futbolista de la temporada en la Liga Holandesa. Lo cierto es que otra explicación no puede haber para el nombramiento de una persona que, pese a su gran experiencia, no tiene ninguna relación con las funciones diplomáticas. Ejemplos hay muchos. Chinchilla demuestra que se quiere cuidar las espaldas a toda costa porque ir contra la presión del público, o mejor dicho, de la voz popular, no le favorecería en pleno arranque de su Gobierno. Y no es que la Presidenta tenga por rivales a los políticos que, con sus acciones, la han podido hacer tropezar ante la opinión pública. Pero sin duda, ella prefirió aprender de la mala experiencia de su antecesor, Óscar Arias. Esta vez quiso aliarse a los fanáticos de poner ojo crítico a las actuaciones gubernamentales, aunque ella haya dicho que las decisiones tomadas obedecieron a sus convicciones y no a coacciones externas. Aún así, es innegable que la presión de este enorme estadio llamado Costa Rica es fuerte y más cuando se trata de temas tan sensibles como el dinero, el ambiente y las argollas políticas. A Laura no le gusta jugar a ser la mala, por lo que cede ante la crítica colectiva cuando se ve enfrentada a fuertes cuestionamientos que a manera de árbitros, levantan la bandera y le pitan las faltas en su gestión como Presidenta. Gol para los medios de comunicación. Gol para el pueblo costarricense. |
Los Comentarios son responsabilidad de los que lo publican, por lo tanto no nos haremos responsables de su contenido. |