familias se beneficiaron de programas selectivos. Se nombraron 1.000 nuevos policías y se creó de la policía de fronteras. La Presidenta nos documenta los logros de su gestión en este primer año. Recordemos que los altos funcionarios del Poder Ejecutivo le tienen que rendir cuentas a todos los costarricenses. De tal manera, que a pesar de un entorno complicado por la crisis internacional y el conflicto por la invasión de la Isla Calero, la Presidenta y su equipo tienen logros que mostrar, los datos silenciosos muestran avances importantes, particularmente en el empleo. Pero no podemos pensar que todo es responsabilidad de nuestra Presidenta.

En la Asamblea Legislativa nos encontramos que los actos que oscurecieron nuestra tradición democrática el 1 de mayo deben enmendarse. Pero no podemos contentarnos con afirmaciones como la de Juan Carlos Mendoza, Presidente de la Asamblea Legislativa, cuando señaló que "esto no es una alianza ideológica". La alianza opositora tiene que demostrar que está por encima de los intereses puramente electorales. Los costarricenses estamos a la espera de que los partidos de dicha alianza nos demuestren que su objetivo está por encima de un pacto electorero y que lo hicieron pensando en nuestro país. La Asamblea Legislativa tiene una deuda de leyes importantes para el país: cabe destacar la necesaria aprobación de una reforma fiscal que permita disminuir el déficit fiscal. La actual proyección es que en el 2011 el déficit superaría el 5 por ciento del PIB. Pero también la reforma deberá hacer posible la inversión en infraestructura, aumentar el gasto social con el fin de disminuir la pobreza, destinar el 8% del PIB a educación, y brindar una mejor seguridad ciudadana entre otros gastos prioritarios. Debemos recordar que los objetivos de mejora en la distribución del ingreso se logran más efectivamente con el gasto público que con los impuestos. Lo que menos necesitamos en este momento son acciones que obstaculicen nuestro desarrollo. Necesitamos que los diputados trabajen juntos, que legislen por el interés nacional. No puede ser que lo electoral esté por encima de los intereses de la mayoría. Incluso hemos apreciado la defensa de intereses particulares, como cuando en la legislatura pasada el PAC se unió con el Movimiento Libertario para bloquear las regulaciones de la banca “offshore”. Además, la eliminación del secreto bancario quedó pendiente. Los diputados tienen una deuda con el pueblo costarricense, tienen que trabajar junto con el partido de gobierno por el bien común de la nación.
 
Los partidos políticos deben hacer una buena lectura del sentir de la ciudadanía. Tiene responsabilidad el Poder Ejecutivo, pero las grandes transformaciones legales solo pueden ocurrir en la Asamblea Legislativa, el primer poder de las República. Para eso los costarricenses elegimos por clara mayoría a nuestra Presidenta, quisimos su liderazgo, pero también quisimos un balance, al elegir representantes de múltiples partidos en la Asamblea Legislativa. En este marco, la alianza opositora dio un paso audaz.  Ahora debe mostrar la madurez y capacidad de trabajar una agenda de interés nacional para impulsar las transformaciones que el país demanda. El ejercicio del poder conquistado demanda mayor responsabilidad. En particular, nuestro país se ha caracterizado por un pensamiento igualitario donde no cabe sino una lucha frontal contra la pobreza, o es que la globalización y los nuevos valores de la sociedad de consumo nos deshumanizó y erosionó la solidaridad que nos caracterizaba? Todavía se puede. Este país que nos han legado las generaciones anteriores, tiene que salir adelante, el 8 de febrero elegimos a nuestras autoridades y le encomendamos el liderazgo a Doña Laura Chinchilla, pero ella ni su equipo pueden solos, necesitan el concurso de la Asamblea legislativa y de cada uno de nosotros desde nuestra trinchera por una mejor Costa Rica, donde los valores solidarios se expresen en un marco de crecimiento económico y prosperidad para todos.  Esta hora extraordinaria nos convoca a todos.