Francia y Reino Unido: "Ya no podemos callar"

Según el ministro de Exteriores de Francia, Alain Juppé, el Consejo de Seguridad de la ONU "ya no puede guardar silencio cuando aumentan las represalias en Siria".

A su vez, el primer ministro británico, David Cameron, en su discurso en la Cámara de los Comunes declaró que la resolución instaría a cargar con la responsabilidad a los culpables en las represalias contra los civiles y además supondría la posibilidad de mandar a la población siria ayuda humanitaria.

Según Cameron, existen "datos infalibles sobre un mil de muertos y hasta 10.000 arrestados" como resultado de las represiones de las protestas en Siria.

La presión a los participantes del movimiento antigubernamental "es inaceptable absolutamente. No podemos callar sobre esto", subrayó.

Cameron exhortó a Rusia y China a apoyar la resolución. "Si alguien vota contra esta resolución o trata de vetarla, quedará sobre su conciencia", aseveró Cameron.

EE. UU. apoya el proyecto de resolución contra Bashar al-Assad

El Gobierno de EE. UU. apoya el proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contra Siria, según declaró el miércoles el representante del Departamento de Estado, Mark Toner.

"Apoyamos la idea de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU acerca de la crisis en Siria e intentamos persuadir a otros miembros del organismo de tomar el mismo punto de vista", dijo hoy en Washington.

Según Toner, la aprobación de la resolución permitirá aumentar la presión al Gobierno sirio.

Rusia se manifiesta en contra de la medida

Rusia se manifestó en contra del traslado del proyecto de resolución al Consejo de Seguridad. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró hoy que Moscú considera que la aparición de tal documento, después de los acontecimientos en Libia, sería contraproducente y significaría que, de hecho, la ONU se pondrá de parte de uno de los lados del conflicto político interior.

"Consideramos que hay que apoyar los procesos de conciliación nacional, arrimarse al papel constructivo de los estados vecinos [en la región], y no aprobar nuevas resoluciones que reflejarían la posición de uno de los lados en el conflicto interior. Esto contradice directamente a los principios de la ONU", dijo.

A finales de mayo el presidente ruso, Dmitri Medvédev, se declaró en contra de las sanciones contra el régimen de Bashar al-Assad, aseverando que espera la continuación de las reformas que inició el presidente de Siria. "Creemos que el mandatario Assad debe pasar de las palabras a los hechos e iniciar una transición democrática real: garantizar el derecho de expresión de la oposición, cambiar las leyes electorales e impedir la violencia durante las manifestaciones de los opositores", dijo Medvédev.

El martes Rusia bloqueó en el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) la entrega del caso sobre las presuntas actividades nucleares ilícitas de Siria al Consejo de Seguridad de la ONU, pese a las insistencias de EE. UU. y los países de Europa Occidental. Además de Rusia, en contra de la entrega del asunto al Consejo de Seguridad de la ONU se manifestó China y varios países árabes.

Los países occidentales elaboraron el proyecto de resolución que condenaba a Damasco por su rechazo a colaborar con la OIEA en la investigación del programa nuclear sirio. El objetivo de la investigación tenía que ser una instalación arruinada en un bombardeo de la fuerza aérea israelí en 2007.