Ahora no se ve movimiento por ningún lado, pese a que para la edificación del aeropuerto se invirtieron casi 1.500 millones de dólares. Junto a él se construyó un centro de visitantes. Además, se pretendía conectar la terminal con el tren de alta velocidad y también estaba incluido en el proyecto un Parque Temático y un complejo residencial, de ocio y negocios. Pero actualmente, no hay nada en los alrededores y sólo queda un avión en el hangar.

Era una inversión faraónica en una infraestructura poco rentable. El aeropuerto de Ciudad Real es un ejemplo que ilustra perfectamente el desastre financiero de España y el despilfarro descontrolado que durante muchos años ha imperado en todo el país. Ahora aquí trabajan menos de 100 personas, en su mayoría afectadas por un Expediente de Regulación de Empleo. Algunos afirman que el aeródromo nunca llegó a funcionar como debía.

“Hoy el aeropuerto no genera confianza en ninguno de los mercados para que se pueda operar en él”, dice el ex director general del aeropuerto, Escolástico González. “Porque lo primero que a mí me decían los operadores logísticos era ¿y cómo quieres que nos vayamos al aeropuerto de Ciudad Real si no sabemos si va a continuar abierto o no? ¿Cómo quieres que vayamos a volar al aeropuerto y hagamos inversiones en él si a lo mejor dentro un año está cerrado?”

Precisamente los intereses urbanísticos, unidos a las aspiraciones de muchos políticos y empresarios locales impulsaron en España la construcción de grandes infraestructuras a un coste altísimo y que actualmente no están funcionando. Los analistas sostienen que gran parte de la culpa de la crisis económica que sufre el país actualmente la tienen estos ambiciosos proyectos construidos en la época de bonanza económica. Los aeropuertos de Castellón y Huesca, casi sin actividad, y el desaparecido tren de alta velocidad que conectaba la ciudad de Toledo con Cuenca y Albacete son sólo algunos ejemplos.

“Un macro proyecto sólo se puede entender en la perspectiva de los años 2008 y 2009 y en el entorno de un desarrollo urbanístico especulativo”, considera el coordinador de Izquierda Unida para Castilla-La Mancha, Daniel Martínez. “Cualquier infraestructura como ésta venía siempre ligada a las expectativas de crecimiento de la población que desde luego estaban fuera de lugar”.

Ante semejante panorama, surge la pregunta de si una localidad como Ciudad Real, que no llega a los 75.000 habitantes, realmente necesitaba una infraestructura con tal inversión. Lo único es que ante las malas perspectivas a futuro, la única salida del aeropuerto parece ser su venta.