Corrupción palpable

Con las dificultades y la vida de ermitaño obligada por mi precaria salud, me he dado a la tarea de visitar zonas con antros  de todo tipo, llevándome sorpresas que creí ya estaban extintas desde el período en que fue ministro de seguridad don Luis Fishman, en el cual ya había denunciado este tipo de corrupción que incluía a la zona de Pavas.

Pues bien, en las cuadras que bajan desde el antiguo Registro Civil hacia el Oeste, encontré cualquier cantidad de distribuidores de droga en bares, cantinas y prostíbulos. Estos actúan a vista y paciencia de los visitantes y transeúntes, pues hasta en las aceras la distribuyen, tal y como lo pude constatar en frente de un bar llamado ‘’La Urna’’.  Vi venir (al igual que en otras ocasiones y lugares aledaños), a un par de policías y me dije ‘’¡qué rico, los agarraron con las manos en la masa’’, sin embargo me llevé la inesperada sorpresa de que,  los policías platicaron con ellos casi en secreto y de inmediato los delincuentes les dieron una coima, continuando los policías su camino (posiblemente hasta el puesto siguiente), tan campantes como si nada hubiera sucedido. ¿Será acaso que ‘’la coima’’ ya está institucionalizada?

Acciones como la descrita anteriormente las pude observar innumerables veces, no solo en esa zona, sino también en los alrededores y frente al Hotel del Rey y otros bares como ‘’La Avispa (de homosexuales y lesbianas)”,  todos en San José Centro.

Cocaína como medicina

Los traficantes de las zonas referidas ofrecen ‘’el perico’’ (así llamada una raya de cocaína),  como el mejor medicamento para que las prostitutas se quiten la goma de la faena del día anterior y puedan, de esta manera, recibir nuevos clientes forzando de manera única, y con un fin trágico, sus organismos ya deteriorados.

Algo más grave aún, es que entre las prostitutas profesionales, así como las ocasionales de levante en esos bares, algunas pueden ser menores, o apenas sobrepasan la minoría de edad.

Es triste ver que esas cosas estén pasando en nuestra Patria a vista y paciencia, no solo de los transeúntes, propietarios de bares, cantinas y prostíbulos, sino también a vista y paciencia de nuestros policías corruptos, y a sabiendas de que tenemos la infraestructura necesaria y los policías honestos suficientes para exterminar este mercado que, no es oculto, sino a la vista de todos.

Solución y mantenimiento

San José se puede limpiar en cuestión de pocos días. No se necesitan mayores inversiones, ni impuestos, ni nuevos paquetes tributarios… solo se necesita un poco de voluntad; voluntad en los altos mandos, pues en los policías honrados, y aún con el dolor que pueda producirles tener que apresar compañeros, ¡la voluntad ya existe!

Invito al Ministerio de seguridad a formar grupos de policías ‘’HONESTOS’’ y realizar incursiones en las zonas ‘’reconocidas’’, hiendo con ropa civil. Incursiones sorpresa y sin tener a los que participarán en las mismas informados del cuando, cómo y dónde será el operativo, así como acuartelarlos al menos entre 24 y 48 horas antes de la barrida, sin comunicación exterior.

Conjuntamente a estos operativos antes mencionados, mantener una agenda periódica de supervisión bajo las mismas normas y circunstancias y de forma perenne, para impedir el retorno de la corrupción a las zonas.

Es una lástima que la edad y la salud ya no me lo permiten, sino con muchísimo gusto me ofrecería ‘’Ad honorem’’ para llevarlo a cabo y demostrarles que ¡SÍ SE PUEDE! y con lo que se tiene.