¿Centroamérica frente a la crisis? - TicoVisión |
Escrito en 30/08/11 a 09:50:10 GMT-06:00 Por Administrador |
''La simbiosis que supone la materialización de esos ideales no puede lograrse si fallamos en uno.'' 30 de Agosto de 2011 | TicoVisión | Redacción - La Prensa Gráfica| Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento Centroamérica frente a la crisis A riesgo de equivocarme, pienso que en el caso de los presidentes de Costa Rica y Nicaragua, mucho tuvo que ver el más reciente conflicto entre sus respectivos países en torno a los derechos que cada uno reclama sobre el Río San Juan. Es bien sabido que estos eventos se presentan de manera recurrente y, muy particularmente, cuando en la tierra de Darío se levanta la bandera del nacionalismo, coincidiendo –casi siempre– con un evento político importante. Es más, en el caso específico de la presidenta Chinchilla, tampoco es descartable la incomodidad, muy comprensible por cierto, que le sigue causando la forma en que se cambió a la máxima autoridad de la Secretaría General del Tratado de Integración Económica (SIECA). Y esto, al margen de la opinión generalizada sobre el cierto desdén con que tradicionalmente los costarricenses han visto la integración regional. Sin embargo, y más allá de las motivaciones que tuvieron dichos y otros mandatarios para no hacerse presentes en un foro de tanta importancia, es preciso recordar que la integración, como todo proceso que involucra el concurso de muchas voluntades, siempre ha vivido momentos de tensión e incluso de distanciamiento, aunque ninguno se compara con el que vivieron El Salvador y Honduras, a raíz del desafortunado enfrentamiento bélico en 1969. Lo relevante en todo caso es que hasta ahora no se ha abandonado la ruta trazada hace 60 años, lo cual hoy adquiere la categoría de imperativo categórico, de cara a eventos mundiales cada vez más desafiantes y complejos. En el pasado, sin duda los intereses nacionales de tipo comercial pudieron más que las recurrentes desavenencias entre países. Y aunque los aspectos económicos en general son ahora más relevantes, los países se enfrentan a nuevos desafíos como el crimen organizado en sus diferentes manifestaciones y la creciente vulnerabilidad ambiental, que evidentemente pueden ser enfrentados mejor, a través de la acción colectiva. Pero hay algo más. No hay que olvidar la motivación central del Protocolo de Tegucigalpa: convertir a Centroamérica en una región de paz, desarrollo, libertad y democracia. La simbiosis que supone la materialización de esos ideales no puede lograrse si fallamos en uno. Es esa característica la que hace más grande y virtuosa la causa de la Centroamérica unida que soñaron nuestros antepasados. La responsabilidad de la actual generación es hacer realidad ese sueño, sin dejar espacios para que ningún obstáculo, por formidable que sea, nos aparte de la ruta trazada. La Cumbre SICA-CARICOM sirvió de plataforma para traer al debate problemas comunes, pero también aspiraciones compartidas El tema económico tuvo sin duda su propio espacio y con la posición asumida por el presidente Funes, la amenaza de una nueva crisis despertó más inquietudes, pero también una mayor conciencia de que solo a través del esfuerzo compartido pueden moderarse sus efectos. Aún así, tengo la impresión de que los centroamericanos no estamos aprovechando realmente y a plenitud el andamiaje institucional existente, para impulsar una estrategia regional anticrisis, como lo están haciendo los miembros de UNASUR; incluso, poniendo en práctica esquemas de cooperación monetaria, financiera y fiscal en los que los centroamericanos fuimos pioneros, pero que eventualmente abandonamos, por motivos que, en retrospectiva, resultan totalmente cuestionables. Sin embargo, muchos abrigamos la esperanza de que por un pragmatismo elemental y sobre todo por un imperativo moral permaneceremos unidos. Esta es la única opción para enfrentar con alguna solvencia una crisis generalizada de impredecibles consecuencias. |
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