quehacer nacional, y es lo que hay que detectar, detener, y luego combatir con total urgencia para, ojalá erradicarla y convertirla en una mala experiencia del pasado, y verla como algo que nos hizo crecer y fortalecernos como pueblo.  Otra cosa en la que coincidimos es en el deseo de que la política deje de ser  esa cueva de víboras ponzoñosas y venenosas, pero no podemos arreglarla si no participamos de ella.

En estos días ha habido dos grandes discusiones en la Asamblea y en general también en la ciudadanía, el paquete de más impuestos a los ciudadanos y el presupuesto nacional que es la forma como se gastarán los recursos públicos, provenientes precisamente del pago de impuestos. Son dos temas totalmente ligados y paralelos, y donde uno afecta al otro. Desde mi óptica, lo primero sería revisar muy bien el presupuesto y que sea ese documento bien elaborado, bien revisado y bien argumentado, el que nos diga si de verdad el gobierno necesita o no de más impuestos para cubrirlo.
 
Y es que la corrupción empieza precisamente ahí, con el presupuesto. Ahí es donde se dejan listos los renglones en el papel para luego, ya aprobado  por los diputados, echar mano de los recursos de muchas formas, favoreciendo empresas, familiares, amigos, inflando montos, pagando viajes o festines, etc., y muchos pero muchos etcéteras más.
 
Un diputado ha sido un poco más meticuloso que los demás revisando ese presupuesto, y detectó muchos renglones de “privilegios” que los jerarcas gozarán y que serán pagados con dineros de todos nosotros (viajes, viáticos, fiestas, cambios de vehículo, etc) y propuso rebajas en esos rubros, pero inmediatamente saltaron los corruptos ha defender sus renglones a base de “mentiras”, incluso algunos hablaron de que ya estaban “raspando la olla”, otros dijeron que cerrarían su ministerio, y otros que serían los privados de libertad que se quedarían sin comida… ¡que clase de mentirosos tenemos al frente del país!,   cuando lo que se estaba ajustando no era ningún programa básico o necesario para el funcionamiento normal de ninguna institución, sino únicamente rubros que son innecesarios y que pueden catalogarse como privilegios o mejor aún como DESPILFARRO y abusos en nuestro perjuicio.
 
Y es que éste tema del presupuesto es vital y debería revisarse punto por punto, línea por línea gasto por gasto, y quizá al final tendríamos un resultado sorpresivo, y tal vez esa revisión nos lleve a dictaminar que no se necesitan nuevos impuestos e incluso que si lo comparamos contra los ingresos, podría haber un superávit para el siguiente año.
 
Cómo gastan ellos su dinero es cosa de ellos, pero cómo gastan ellos “nuestro” dinero es cosa que nos debería importar a todos, sobre todo cuando vemos que son muchos miles de millones de colones los que están en juego. Y es que es “irracional lo que pretende el gobierno y el PAC, primero cobrar más impuestos y después ver si era necesario hacerlo. En la vida, todo tiene un orden lógico, al menos cuando se quieren hacer las cosas bien, porque cuando lo que se pretende es algo distinto, entonces pareciera que la lógica ya no es tan lógica.
 
En aras del bien común, los costarricenses deberíamos estar exigiendo esa depuración del presupuesto y apoyando a quien por primera vez en mucho tiempo, decidió darle una ojeada, y no aprobarlo, casi de oficio, como se venía haciendo en la Asamblea Legislativa.
 
No importa si nos cae bien el “hombre pez” o no, si estamos en la acera del frente, o lo que hicieron antes, otros de su partido político.  Hablar de esto y divulgar la verdad sobre lo que trató de hacer el diputado Fishman es vital si queremos detener el cáncer de la corrupción, y en éste momento no importan las razones, o si es puro cálculo político,  no es eso lo que se debe discutir,  es entender que el presupuesto nacional es la antesala, es la mesa servida para la corrupción.