Redacción.-El día 24 del pasado mes de Mayo fueron dos los ataques perpetrados por parte de grupos fascistas en las ciudades de Riazán y de Moscú. Ese funesto día, los nombres de Dmitry Kashitsyn y de Kostya Lunkin pasaron a formar parte de la cada vez más extensa lista de víctimas del fascismo en Rusia, que crece día tras día con la complicidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado ruso, según la Coordinadora Antifascista de Madrid.

En la ciudad de Riazán, el joven antifascista Kostya Lunkin, de 25 años de edad, fue asaltado a las puertas de su propia casa el mismo día de su cumpleaños. La superioridad numérica de sus atacantes le impidió repeler la agresión y fue víctima de una dura paliza que terminó fracturándole el cráneo, debido a la cual entró en estado de coma del que nunca llegaría a despertar. Fallecería siete días después a causa de sus heridas. Pese a que dos "supuestos" participantes del asesinato fueron detenidos y reconocidos por los testigos de la agresión, fueron puestos en libertad al día siguiente.

Por otra parte, Dmitry Kashitsyn, de 27 años, y su grupo de amigos, celebraban ese mismo día 24 el cumpleaños de uno de ellos al noroeste de la ciudad de Moscú. Sin previo aviso, un grupo de unos 40 fascistas, armados con pistolas de fogueo y cuchillos, atacaron al pequeño grupo que aún continuaba en la celebración. Dicho enfrentamiento se saldó con la muerte de Dmitry, que falleció antes de que se presenciara la Policía y los servicios sanitarios. A los pocos días, también su padre fallecería debido a un ataque cardiaco.

Se trata de dos nuevos asesinatos en un país donde las agresiones de carácter racista contra inmigrantes, militantes antifascistas, jóvenes de determinada estética o indigentes son cada vez más recurrentes. Sólo en el periodo que ocupa desde el año 2003 hasta el 2008, fueron asesinadas más de 300 personas a manos de estos grupos, siendo en muy pocas ocasiones detenidos los participantes en estos hechos.

Desde la Coordinadora Antifascista de Madrid señalan que la Policía rusa ha mostrado de forma clara su complicidad para con estos grupos ultraderechistas, que actúan con “práctica impunidad, organizados en estructuras paramilitares que cuentan con entrenamiento militar y armamento”.

Por todo ello, decenas de antifascistas madrileños se concentraron el pasado viernes frente a la sección Consular de la Embajada rusa en Madrid, para recordar a todos los asesinados impunemente por fascistas en los últimos meses en Rusia.