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Escrito en 01/12/11 a 07:42:45 GMT-06:00 Por Administrador |
01 de Diciembre de 2011 | TicoVisión | Redacción - | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento sistema político se viene divorciando de los ciudadanos Por Albino Vargas Barrantes Secretario General Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) De diversas formas hemos venido planteando que el sistema político, el tradicional e imperante, se ha venido divorciando de las expectativas ciudadanas por una democracia más justa y más real. Concretamente, ante una pregunta periodística sobre la reciente agitación social que estamos presenciando, dijimos que “el sistema está alejado de las necesidades de la gente. Es por eso que hay tanto malestar e indignación en ascenso”. Esta opinión generó que el ministro de Comunicación del Gobierno, don Roberto Gallardo Núñez, se nos viniera “a patada limpia”, insultándonos, con un ataque al cuerpo, indigno para un jerarca de su nivel y que, en términos generales, lo que hace es mostrar una pobreza argumental para entender el entorno sociopolítico que se mueve a su alrededor, de lo cual parece que él no se da cuenta cabal. Pero bueno, ese es el problema de él y el de su gobierno, si éste no quiere ver cómo se está moviendo el suelo que pisan. Lo interesante de nuestra apreciación acerca de que el sistema político se divorció de la ciudadanía, también es compartida por ilustres personas que, ni por la más mínima, son sindicalistas; y que desde otras perspectivas también están notando que el “estado actual de las cosas en Costa Rica no está nada bien”, puesto así, “en bonito”, para ver si el indicado ministro puede “digerir” mejor lo que a su alrededor está ocurriendo, aunque es notable que tiene limitaciones para apreciar su significado real. Don Luis Mesalles Jorba, economista de renombre en los círculos empresariales, escribió en su columna de “La Nación” que “nuestra democracia va en retroceso”; que “el Estado costarricense ha perdido capacidad de implementar políticas que aseguren bienestar y eficiencia económica”; que “la cantidad de pobres va en aumento y la brecha de ingresos entre ricos y pobres va en aumento”; que “la poca efectividad del Estado para resolver los problemas de la ciudadanía es evidente”; que “en campaña política los candidatos prometen, casi mesiánicamente que ellos tienen la solución. Pero, cuando llegan al Gobierno, nos entregan otra realidad”; que “ante las promesas incumplidas, la ciudadanía se decepciona cada vez más; que “a este paso, nuestra democracia va para el despeñadero”. Más o menos lo que nosotros venimos planteando desde hace ya bastante tiempo. Pero el ministro Gallardo Núñez no agarrará “a patadas” al señor Mesalles Jorba por lo que dijo. Al sindicalista sí, porque es eso, un “sindicalista”, entre comillas, porque es así, despectivamente, como la gente igual a él concibe el trabajo que se hace desde las tiendas del movimiento sindical. Sigamos. Otro ilustre señor, ligado al partido oficialista, muy respetado en esos y similares círculos, don Enrique Obregón Valverde, recientemente publicó, en el mismo periódico mencionado, un artículo titulado “Algo nos están robando”. Este costarricense tiene un palmarés impresionante pero dentro del mismo no incluye ser “sindicalista” (para “ventaja” de él). Sin embargo, lo que don Enrique ahora dice, ya muchos otros, desde hace tiempo, lo venimos diciendo. Veamos: que “…alguien puso en un platillo la ley de los mercados, y en otro la ley de la democracia, pero excluyendo el derecho de los pueblos a escoger”; que “los pueblos democráticos del mundo están siendo sometidos a una nueva forma de opresión”, a raíz de que se nos impuso “un sofisticado proyecto que allana los caminos para la más amplia libertad empresarial, aun cuando tengan que destruir totalmente las bases de la democracia”; que “la democracia tiene como sustento la educación, la moral y la cultura, y estos valores (principios o bienes del alma colectiva) se desvanecen arrasados por las privatizaciones, los mercados y las desregularizaciones”. Que “la democracia…, desde los tiempos griegos, se decía que era el ‘gobierno con ventaja de los pobres’, en contraposición de la oligarquía que era el ‘gobierno con ventaja de los ricos’… Entonces, nos encontramos, al cabo de veinticinco años, con un sistema que cambia la forma de gobernar con ventaja para los pobres, por otro que desborda ventaja para los ricos”. Bueno, don Enrique lo que nos está diciendo es que nuestro sistema político tradicional se ha divorciado de la ciudadanía porque es más que notorio que “desborda ventaja para los ricos”. ¡Ah!, pero el ministro Gallardo Núñez, ¡jamás!, se le iría a patadas a tan destacado ciudadano porque no es “sindicalista”. Cuando nosotros planteamos que hay un divorcio creciente entre el sistema político y la ciudadanía es porque, como dice don Enrique, “es preciso regresar a la idea de la defensa de lo público, de lo que pertenece al pueblo”. Las protestas sociales de estos días, las que vendrán en el “enero caliente” que se avecina, las que puedan darse aisladamente, las que podamos ayudar a articular multisectorialmente a través de una agenda de lucha compartida… nos indican de que estamos en tiempos en los cuales el sistema político se divorció de la ciudanía, por más que esta apreciación le moleste al ministro Gallardo Núñez. Con tal visión seguiremos desarrollando nuestro trabajo de sindicalistas, así, sin comillas… a mucha honra. |
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