Estamos aquí representando a los millones de nicaragüenses, dentro y fuera de Nicaragua, que exigimos nuestro derecho humano a tener ELECCIONES LIBRES Y TRANSPARENTES,  para preservar la paz, la estabilidad y el desarrollo equitativo en Nicaragua.

Este último fraude,  ampliamente constatado por  los electores en todo el territorio nacional y observado por instituciones nacionales e internacionales, nos obliga, al amparo de la Constitución, a desconocer los  resultados de los comicios nacionales del pasado seis de noviembre y a exigir NUEVAS ELECCIONES  VERDADERAMENTE LIBRES Y TRANSPARENTES. De lo contrario, estamos obligados a  declarar la instalación el próximo 10 de enero del gobierno del señor Ortega como ilegal e ilegítimo. VIVA NICARAGUA LIBRE!

Este gobierno, los funcionarios de su partido,  los poderes del Estado y las organizaciones para-partidarias del régimen del señor Ortega, han cometido delitos electorales de la más diversa índole, lo que los ha convertido en un poder de facto, pero nunca en autoridades verdaderas. Los obscuros resultados electorales del 2006, aceptados en aras de la paz, el evidente fraude electoral municipal del 2008, la imposición de la ilegal candidatura del señor Ortega y su pretensión de permanecer en el poder por medio de unas elecciones fraudulentas, representan la negación de las históricas aspiraciones democráticas del pueblo de Nicaragua. Son un escarnio para los miles de nicaragüenses, que,  de un lado y otro,   murieron por ellas en las últimas décadas. Y que podrían seguir muriendo como Mercedes Torres y su familia. Hechos como ese no deben volver a ocurrir en Nicaragua! Son una ofensa para los miles de nicaragüenses que se ven obligados a vivir fuera de su patria y alejados de su familia. Son una traición para nuestros hijos e hijas, que han confiando en que esta generación les abriera el camino de la paz y de las oportunidades que reclaman y merecen. Pedimos un aplauso para los grupos juveniles que con valor y civismo están defendiendo este derecho. Y también son una burla para los millones de nicaragüenses que depositaron su voto por el partido de su preferencia, votos que  han sido invalidados por  el fraude y el manoseo descarado de la voluntad popular.

Al pretender imponer una nueva dictadura, el señor Ortega  está abriendo de  nuevo, de manera irresponsable, la puerta para el camino de la confrontación entre hermanos nicaragüenses.

El pacto del 2000 que reformó la Constitución y aprobó una nueva Ley Electoral para “legalizar” el control de las instituciones, el bipartidismo forzado y el reparto entre Ortega y Alemán, está el origen de la demolición de la República y de la amenaza de esta  nueva dictadura.

Nicaragua necesita urgentemente  retomar la senda de la democracia, del desarrollo y la justicia social con libertad, para asegurar el bienestar de todos los nicaragüenses sin exclusiones y evitar la confrontación entre hermanos. No necesitamos ni queremos otra autocracia familiar regida por la arbitrariedad, la codicia, la manipulación del hambre, la coacción y el miedo. Un poder ilegal e ilegítimo no puede garantizar la concordia, el consentimiento ciudadano y la estabilidad nacional. Por ello, es de vital importancia para la paz, el restablecimiento de las reglas del juego, el espacio político democrático y los derechos políticos arrebatados a la ciudadanía.

Por ello, en nuestra calidad de electores, fiscales, observadores y ciudadanos de pleno derecho, junto a las organizaciones civiles y movimientos sociales que hemos convocado a esta marcha ciudadana, exigimos la nulidad inmediata de las elecciones del 6 de noviembre y un cambio inmediato de las autoridades electorales responsables del fraude,  por autoridades creíbles, a fin de organizar unas nuevas elecciones competitivas, libres y transparentes y observadas nacional e internacionalmente en un plazo prudencial en el año 2012. Para este fin demandamos:

• La instalación de un Grupo de Alto Nivel Internacional encargado de mediar por el retorno de la democracia a Nicaragua.
  
  
• A los gobiernos democráticos del mundo no reconocer los resultados  del CSE ni el gobierno de facto de Daniel Ortega, por ser producto de un masivo fraude electoral.
  
  
• La aplicación de la normativa de la Carta Democrática Interamericana, en apoyo a la demanda de nuevas elecciones para lo cual invocamos el Artículo 1 que literalmente dice: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. La democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de las Américas”  y el Artículo 2: “El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos. La democracia representativa se refuerza y profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad conforme al respectivo orden constitucional.”El cese a la represión contra los derechos a la libertad de expresión, movilización y organización, así como el cese de la persecución de los opositores, los asesinatos y la violencia política.
  
  Demandamos a las fuerzas pluralistas que  componen la alianza PLI, a las bases de los partidos políticos que se proclaman democráticos y que han sido defraudados por sus líderes, y a los sectores económicos de Nicaragua, un compromiso coherente y beligerante con estas demandas, manteniendo con dignidad y coraje, la resistencia y la movilización. Si así lo hicieren, que la patria y el pueblo se los reconozca, si no ella los condenará.
  
  Nos hacemos todos un firme llamamos a dar la lucha por la apertura democrática y el establecimiento del Estado de Derecho, anteponiendo Nicaragua a nuestros  propios intereses, bajo la convicción de que sin Institucionalidad no hay posibilidad de desarrollo humano sostenible para superar el empobrecimiento de las mayorías.
  
  Reclamamos la refundación de la política y la democracia en Nicaragua, sobre la lealtad hacia la ciudadanía, la transparencia y el diálogo fluido y permanente con la sociedad nicaragüense. NUESTRA LIBERTAD, NUESTROS DERECHOS Y NUESTROS VOTOS NO SON NEGOCIABLES!
  
  Hoy toca continuar en la lucha por una nueva apertura democrática y la salida pacífica, civilista e incruenta de un mal gobierno y un poder abusivo, con el concurso de la mayoría de los nicaragüenses y la comunidad internacional.
  
  Llamamos a todo el pueblo de Nicaragua a mantenerse vigilante y a participar en todas las acciones de movilización que darán continuidad a esta jornada por la libertad, la justicia y la paz, iniciada en el 2000 con la denuncia del Pacto antidemocrático y que  continuará hasta  que NICARAGUA VUELVA A SER REPÚBLICA.