Otros cinco países, que no forman parte de la Unión Europea, utilizan el euro con base a un acuerdo especial.

El primer presidente del Banco Central Europeo (BCE) y piloto de la introducción de la moneda única, el neerlandés Wim Duisenberg, señaló en 1999 que la estabilidad del euro depende, entre otras cosas, de la confianza que le otorgan los ciudadanos.

"Mr. Euro", quien murió en 2005, seguramente no se imaginaba que trece años después de la introducción virtual de la moneda única y diez después de su exitosa introducción física, sería precisamente la falta de confianza en la eurozona la que pusiera en duda la viabilidad de la moneda y amenazara incluso su supervivencia.

El euro cumple su décimo aniversario rodeado de los ´indignados´ que acampan frente a la sede del BCE en Fráncfort y consideran también, que al final, la crisis la van a pagar los ciudadanos de menos recursos.

¿El euro y Europa están al borde del precipicio?

En 2003, Wim Duisenberg advirtió a la eurozona de los serios peligros de no respetar las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para no superar el 3 % de déficit y el 60 % de deuda, pero el acuerdo ha sido violado 60 veces.

El primer presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, (1985-1995) ha sido uno de los más críticos con la eurozona. "Abramos los ojos: el euro y Europa están al borde del precipicio", declaró, más tarde aseguró que la eurozona fue defectuosa desde su creación, pues no se tuvieron en cuenta las debilidades y los desequilibrios en las diferentes economías. Ahora muchos expertos dudan si la zona euro será capaz de mantenerse otros 10 años, hasta el 2022.

"No hay duda de que el euro en sí se encuentra en una profundísima crisis y el riesgo que enfrenta es muy significante", considera Zsolt Darvas del centro de estudios Bruegel.

Incluso el presidente del BCE, Mario Draghi, ha advertido a la eurozona del alto riesgo que enfrentaría en caso de que algún país abandone el euro, un tema considerado tabú por el jefe de la institución monetaria de la eurozona.

¿Cuál podría ser la salida de la crisis?

Zsolt Darvas cree que en los inicios de la unión monetaria se subestimó el cóctel explosivo que podían generar las diferentes políticas fiscales, las altas tasas de deuda y una banca frágil y demasiado interdependiente y dependiente de los bonos. ¿Pero cuál podría ser la salida de la crisis?

UBS y algunos expertos consideran que para salvar al euro es necesaria una verdadera unión fiscal, y la eurozona ha dado en su última cumbre un importante paso hacia ese objetivo.

En la última cumbre de los líderes de la UE, celebrada en diciembre del 2011, los miembros de la eurozona decidieron completar la unión monetaria con la unión presupuestaria y fiscal. De este modo será reforzada la base de la unión económica, estremecida por la crisis de deuda.

El analista Darvas considera que el pacto fiscal es insuficiente, al menos a corto plazo. En su opinión se debería crear algún tipo de federalización bancaria y promover instrumentos de estabilización económica.

Mientras tanto, los políticos europeos no tienen dudas sobre si se conservará el euro o no. Según precisó la canciller de Alemania, Angela Merkel, “sin el euro no habrá Unión Europea”.

En cualquier caso, el presidente del BCE, Mario Draghi asegura en un vídeo conmemorativo del euro que, pese a las dificultades que atraviesa Europa, los ciudadanos de la eurozona pueden estar seguros de que el BCE se mantendrá fiel a su mandato de mantener la estabilidad de los precios. ¿Será suficiente para salvar al euro?