El Mercosur y el desafío de la integración - Ticovisión
Escrito en 01/02/12 a 14:25:12 GMT-06:00 Por Administrador
Santiago Perez
Desde su creación en 1991 el proceso integrador ha sufrido altos y bajos pero siempre con una tendencia hacia la profundización.

El Mercosur y el desafío de la integración - TicoVisión


01 de Febrero del 2012 | TicoVisión | Redacción - | Opinión / Análisis | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento



El Mercosur y el desafío de la integración


Por Santiago Pérez *
Licenciado en Relaciones Internacionales

El Mercosur como unión aduanera y zona de libre comercio. El futuro del bloque dentro de la economía internacional y la necesidad de profundizar la integración.

El Mercado Común del Sur (Mercosur) es una unión aduanera integrada por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.  El bloque cuenta con una población de 250 millones de habitantes, una superficie de 11 millones ochocientos mil kilómetros cuadrados y un Producto Bruto Interno (PBI) de 2,8 billones de dólares. Para comprender la trascendencia de esta unión subregional en el concierto internacional debemos mencionar que su economía es la quinta más importante a nivel global y al mismo tiempo su territorio alberga la cuarta población más extensa del planeta. Si bien el volumen poblacional y económico es aportado mayormente por Brasil la participación de Argentina permite al Mercosur contar con recursos naturales, humanos y geopolíticos valiosos que dotan de una mayor diversidad a la organización. Por último Uruguay y Paraguay aportan roles financieros y geográficos que terminan de dar forma al bloque.

Desde su creación en 1991 el proceso integrador ha sufrido altos y bajos pero siempre con una tendencia hacia la profundización. El compromiso con el Mercosur es una política de estado para los respectivos gobiernos y me atrevería a afirmar que la continuidad del mismo no se ve amenazada por

los eventuales cambios de signo político de los estados miembros. Las clases dirigentes han comprendido la importancia de la unión y al mismo tiempo es un asunto con amplia aprobación de la población en general.
 
¿Cuáles son los objetivos de fondo de una construcción tan importante como esta? Si bien la respuesta obvia es integración, me propongo a continuación reflexionar un poco más sobre este aspecto.

Cuando hablamos de integración económica y competitividad nos referimos a que el Mercosur como bloque alcance mayores niveles de productividad. Que los procesos de producción y las cadenas de valor de las distintas economías se sinteticen en una unidad que dote de más eficiencia a los distintos sectores productivos.

Para incrementar los índices de productividad de sus economías los países miembros deberían dedicarse a desarrollar las aéreas en la que son más competitivos e impulsar a sus empresas a comercializar sus productos en todo el bloque. Contando estas compañías con una protección arancelaria que les permite correr con ventajas en relación a bienes provenientes de países extra-bloque. La existencia de un arancel externo común hace que todos los bienes que provienen del exterior y deseen ingresar a la unión deben abonar una tasa. De esta forma queda limitada la capacidad competitiva de los productos importados en relación a los fabricados en Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.

¿Cuales son las ventajas de fondo de esto? Como mencionamos anteriormente, si vemos al Mercosur como un único mercado, el mismo es de características atractivas y con un importante volumen de consumidores. Esto permitiría a las empresas radicadas en los estados miembros alcanzar un mayor volumen de producción teniendo un gran caudal de potenciales clientes a disposición y al mismo tiempo y una limitada competencia externa. De esta forma las compañías locales podrían impulsar una producción a escala que les permitiría ser más competitivas y eficientes, para en una segunda etapa, tener la capacidad de salir a competir en el mercado global. Si bien todo esto es muy teórico, sin dudas estaba presente en el imaginario de los líderes que firmaron el tratado de creación en la Ciudad de Asunción en Marzo de 1991. La libertad de circulación de bienes y servicios intra-bloque hace que las economías de los cuatro países sean más eficientes y operen de forma coordinada, cada una de ellas especializándose en lo que mejor sabe hacer. El Mercosur como unidad económica podría así competir en términos de eficiencia con otros estados más grandes y poderosos e inclusive con otros bloques regionales como la Unión Europea, CARICOM o el NAFTA.

Desafortunadamente para el futuro de la organización, estamos siendo testigos de frenos al proceso integrador impulsados por los propios socios del bloque. El caso más resonante es el argentino, en donde el gobierno ha aplicado un sinfín de trabas a las importaciones provenientes de Brasil las cuales han enfurecido a los poderosos industriales paulistas. Al respecto la fluidez comercial entre los dos mayores miembros de la unión se encuentra obstaculizada por la excesiva burocratización impuesta por Buenos Aires al ingreso de productos extranjeros. Uruguay también ha sido víctima de dichos controles viéndose sus exportaciones hacia la Argentina limitadas o restringidas. Si bien, las relaciones políticas entre los distintos presidentes atraviesan un excelente presente, en los segundos niveles de gobierno ha habido acusaciones cruzadas y reclamos entre las partes. Fernando Pimentel, secretario de industria brasileño ha declarado que la Argentina siempre ha sido un problema en materia comercial. El mandatario uruguayo José Mujica fue el primer presidente que se atrevió a criticar el estado actual del Mercosur. En declaraciones afirmó que la organización se encuentra estancada y que el hecho de que terceras naciones no tengan intereses reales en ingresar al bloque es una demostración del delicado presente del mismo.

América Latina está atravesando un periodo económico extraordinario con excepcionales precios de las materias primas que han permitido sostenidas y elevadas tasas de crecimiento. Para el correcto aprovechamiento de la coyuntura y para permitir que este crecimiento sea sostenible en el tiempo la integración económica regional debe profundizarse y no detenerse. Solo así el Mercosur logrará un funcionamiento lo suficientemente coordinado para que su economía pueda competir exitosamente en el mercado mundial.

La mejor forma de que el positivo momento económico que vive la región pueda trascender los favorables términos del intercambio existentes es con más y mejor libre comercio entre las partes y no con restricciones al comercio intrarregional.

En la súper competitiva economía del siglo XXI la eficiencia comercial entre los países del Mercosur es una herramienta que los estados miembros deben defender y profundizar para lograr hacer de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay países con más empleo y bienestar social.




* http://twitter.com/perez_santiago




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