Entre las fechas notables de la creación poética de Rubén Darío, se destaca la del 28 de Marzo de 1905, memorable efeméride  en que la intelectualidad española  rinde homenaje a Darío en el Ateneo de Madrid, ocasión en que da a conocer el poema “Salutación del Optimista”,  voz y piedra angular que  le consagra como precursor y padre de la hispanidad.  

Es el canto más alto que Poeta alguno haya consagrado a las  “Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda” / Espíritus Fraternos, luminosas almas ¡salve!” Y nos congrega a la unidad con visión profética, ya que la poesía es  expresión genuina  del espíritu humano, es indagación  y revelación de  la democracia y la libertad: “Únanse, brillen, secúndense tantos vigores dispersos;/ formen todos un solo haz de energía ecuménica” En su lirica gloriosa y de vigorosa orquestación de Salutación del Optimista, clama: “La latina estirpe vera la gran alba futura”.

Otras de las fechas es el 16 de Marzo de 1887,  época chilena de Darío,  publica su libro “Abrojos”,  obra editada y financiada por  Pedro Balmaceda Toro, hijo del Presidente J. Manuel Balmaceda, amistad que hizo posible que el Poeta tuviera acceso a las salas de arte y biblioteca del Palacio de la Moneda.   A. de Gilbert.  seudónimo de Pedro Balmaceda, quien junto con Manuel Rodríguez Mendoza,  con singular intuición proclamaron que Rubén era el portavoz de la nueva escuela literaria  y así lo fue con “Azul” libro inaugural del Modernismo Literario hispanoamericano y nexo universal de arte y cultura.  El periódico “La Época” de Chile  con fecha 29 de Marzo de 1887,  da a conocer su nombramiento como