Las liberaciones aliviaron las tensiones internacionales sobre Cuba, aunque, a juicio de analistas, más importante aún resultó el reconocimiento de la Iglesia Católica como interlocutora válida del Estado para la búsqueda, "entre cubanos", de una solución a los problemas de la nación, sin interferencias ni condicionamientos externos.
Ese clima de entendimiento favoreció el protagonismo de la Iglesia en 2011, con la peregrinación por todo el país de la Virgen de la Caridad del Cobre. Las procesiones, que transcurrieron entre agosto y diciembre, fueron el preámbulo de la celebración este año del cuarto centenario del hallazgo de la imagen de la patrona de Cuba.
La Caridad del Cobre arrastra el fervor de creyentes, pero también de no creyentes que la respetan como símbolo nacional. El icono original de la Virgen, coronada y ataviada con un manto dorado, se guarda en el Santuario del Cobre, localidad cercana a Santiago de Cuba, que será visitado por el Papa el martes 27. De ahí que en la profusa propaganda previa a su llegada se presenta a Benedicto XVI como "peregrino de la Caridad". "Su viaje a Cuba tiene un marcado carácter religioso, aunque debido al contexto actual no carece de contenido político", comentó a IPS el investigador y especialista en historia de las religiones, Enrique López Oliva.
En opinión de este experto, la Iglesia Católica ha logrado ampliar su espacio de manera importante a partir de la visita de Juan Pablo II (1920-2005), proceso que se "dinamizó" con el diálogo del presidente Castro y la jerarquía eclesiástica. "La Iglesia tiene hoy mayores facilidades para desarrollar su misión", consideró.
Entre otros hitos, el estudioso mencionó la autorización para oficiar misas en las cárceles, la construcción de un nuevo seminario a cuya inauguración asistió Castro, el aumento de las publicaciones propias de la Iglesia, algunas de gran prestigio como Espacio Laical y Palabra Nueva, y una mayor actividad de las parroquias en labores educativas y sociales.
En entrevista otorgada al diario L'Osservatore Romano, del Vaticano, el propio cardenal Ortega reconoció que la Iglesia cubana tiene ahora más agentes pastorales, como sacerdotes y religiosas, en tanto se admite la entrada de misioneros. También existe un mayor acceso a los medios de comunicación, si bien no de manera sistemática, y hay más facilidades para celebraciones públicas.
Para el arzobispo habanero, el Papa visitará una Cuba encaminada a un nuevo tiempo, tanto a nivel social como religioso. "Una época de aperturas que se han de consolidar", remató.
Ortega también se refirió a las reformas económicas que lleva a cabo el gobierno de Castro en materia agrícola, construcción de viviendas, legalización de trabajos por cuenta propia, el crédito, la compra y venta de viviendas y automóviles y la creación de pequeñas empresas privadas, entre otras.
Al finalizar 2011, el gobierno de Castro decidió indultar a casi 3.000 presos en atención a la visita del papa Benedicto XVI y al año jubilar (2012, año santo) por el 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad.
Las excarcelaciones masivas también respondieron a solicitudes de familiares y de instituciones religiosas, incluso la católica.
Un indulto a raíz de la visita de Juan Pablo II permitió entonces dejar libres a 299 presos, aunque las excarcelaciones más numerosas se produjeron tras las reuniones entre emigrados y autoridades de esta isla caribeña, entre el 20 y el 21 de noviembre de 1978, con la salida de unos 3.600 reclusos.