No me representa quien falta a la verdad, diciendo una cosa y haciendo otra, quien habla con doble discurso, quien escribe con la mano y borra todo con el codo, quien hace promesas que de antemano sabe que no cumplirá, quien a hurtadillas emite decretos nefastos para el detrimento de mi nación.
No acepto que me represente quien se luce faltando el respeto a otro tan vehementemente mandándolo al carajo a vista y paciencia de todo un país, como si fuera algo usual y buen ejemplo; o quien levanta el dedo del centro a otro en total muestra de indecencia y declara el acto como algo normal.
No me representa quien exige respeto y no respeta ni su sombra.
No me representa quién no predica con el ejemplo, quién carece de liderazgo y se excusa señalando a otro sus faltas y no ve las suyas propias; quien no asume su responsabilidad con madurez, con decencia, con liderazgo, con firmeza, con honestidad.
No me representa quién prefiere ver pasivamente como la delincuencia y el narcotráfico se apodera de todos los estratos de mi nación, y prefiere muertes a aplicar leyes severas y radicales; quién se hace de la vista gorda ante ésta tan creciente criminalidad.
No me representa a quien le importa un bledo la guerra civil que se vive en las carreteras a causa de una estúpida e irracional permisividad y leyes blandengues.
No me representa quien no legisla a favor del pueblo, ofreciéndole protección y seguridad, y más bien legisla a favor de los delincuentes, de los criminales, siendo permisivos hasta en casos de flagrancia.
No me representa quien ha sido denunciado hasta por su propia madre y sus hermanos por estafa y falsificación de documentos para apropiarse del patrimonio familiar y además, ha sido condenado por otras causas similares, y aun así, tiene el descaro y la desfachatez de estar en una curul.
No me representa quién en vez de ofrecer transparencia en su labor, quiere perpetuar la
impunidad, la corrupción, la inmoralidad, tras una careta llamada "inmunidad".
Definitivamente,
no me representa quien se olvida de ser servidor público y sirve a los intereses de unos pocos o los de sí mismo y hace
oídos sordos a la voz del pueblo, la voz mía.
Aunque... echando una mirada introspectiva, tal vez, en el fondo, ésta representación de la Asamblea, sí sea una representación fiel del estado del pueblo, una representación de esa decadencia en la que nos estamos hundiendo, de esa falta de valores que estamos viviendo en nuestra sociedad, de esa falta de firmeza, de esa falta de enfrentarnos a los problemas, de decir las cosas con la verdad, de esa afinidad con la mediocridad.
Tal vez, en el fondo, si sea una representación de nuestra cultura, de la cultura de la corrupción –o del chorizo-, de la cultura del guaro, de la cultura de la discriminación, de la cultura del “no es conmigo”, de la cultura de los antivalores; una representación de la anticultura a la que estamos yendo en caída libre.
Nada hacemos con saberlo, si no sabemos cómo responder a ello. Tenemos que responder, tenemos que actuar como el caso lo merece. No podemos seguir viviendo en este solemne desorden.
Costa Rica está urgida de transparencia en el quehacer político.
Costa Rica está urgida de retomar los valores y aplicarlos en el diario vivir, iniciando por el respeto y siguiendo por el resto de los valores.
Vivimos todos en la misma patria. Nacimos bajo el mismo “límpido azul del cielo”. Somos hijos de la misma nación, y otros la han adoptado por voluntad propia.
Causa y efecto. Tenemos como consecuencia lo que sembramos, nuestros actos nos liberan o nos esclavizan.
¿Donde ha quedado ese espíritu que hace 190 años nos hizo libres? "
...solo es libre quién tiene derechos, no el que vive en la torpe abyección..."