dada la presencia de viejas casas militares de Siria. Ahora, observando la inestabilidad que sacude a ese país árabe, la población del Golán tiene presente que son vigilados muy de cerca desde ambos lados. Y es que el espíritu de la guerra cada vez se siente más por estas latitudes. En este caso tanto el agua, como la posición geoestratégica serían las claves para que volvieran a adquirir peso específico.
En los últimos tiempos, Israel y Siria han tratado pacíficamente la cuestión de los Altos del Golán. Pero nadie sabe cómo puede cambiar esa situación, si Bashar al Assad resulta derrocado y su cargo lo ocupa uno de sus opositores.
"Será como cambiar al 'Estrangulador de Boston' por 'Jack el Destripador' o al revés. Ninguna nación querría entregar el 35% de sus recursos de agua", opina el experto en Medio Oriente, Yoram Ettinger.
En marzo, las autoridades de cuatro aldeas drusas (una población que habita los Altos del Golán) pidieron a Tel Aviv incluirlas en el foro de las localidades drusas de Israel. ¿Una medida de precaución excesiva? Por ahora la respuesta queda abierta, ya que nadie puede predecir las consecuencias que conllevaría el cambio del gobierno en Siria.