Hedley, ex organizador del sindicato RMT Union, es uno de más de 3.000 obreros calificados que fueron despedidos y cuyos nombres luego aparecieron en la lista de denunciantes.
La mayoría de la información sobre los trabajadores fue tomada de los periódicos y revistas sindicales. Sin embargo, por la presencia algunos datos privados, parece que estas listas también tienen otra fuente: los servicios policiales.
"De mí dicen que participé en una manifestación antifascista. Esta información no la tenían los empleadores, podía llegar solo de parte de la policía", cree Steve. Añade que tales prácticas son ilegales y lo peor es que los agentes gubernamentales están involucrados en eso.
Además, los activistas afirman que este tipo de información no está al alcance de oficiales comunes. El complot entre los empleadores y las fuerzas de seguridad llega a niveles muchos más altos.
Los datos secretos de las personas fueron obtenidos por la organización de investigaciones clandestinas 'Consulting Association', cuyas fuentes podrían ser la policía e incluso el Mi5, el servicio de contraespionaje británico, informó el periódico The Guardian. Se precisa que estos cuerpos gubernamentales podrían compartir la base de datos sobre 3.200 personas calificadas como problemáticas o izquierdistas.
La 'lista negra' que dejó a Steve Hedley sin trabajo desde el año 2004 no solo arruinó su carrera, sino su vida familiar, tal como la de muchas otras personas. Ya que tiene buena calificación, cuando tenía trabajo ganaba 500 libras, pero al ser despedido no pudo pagar sus cuentas. Eso amenazó a su hogar, su familia y sus relaciones.
Aunque la organización que distribuía las listas ya fue desarticulada, los tribunales declinaron la mayoría de las demandas presentadas por las víctimas. Sin embargo, Steve junto con otros trabajadores espera encontrar justicia a niveles más altos y recibir una compensación, defendiendo su derecho a trabajar y a decir la verdad.