Lo sucedido, sin embargo, no debe convertirse en justificación para evadir nuestras respectivas responsabilidades ciudadanas: aquellas que le corresponden a todos y cada uno de los habitantes de este país, y por supuesto, aquellas que nuestro gobierno debe cumplir en atención a los problemas que nos hemos comprometido a resolver.
Costa Rica vale la pena, estamos avanzando en muchos frentes y debemos seguir trabajando con un gran sentido de unidad nacional.
Al día de hoy, hemos logrado que nuestra economía mantenga tasas de crecimiento positivas lo que nos ha permitido generar mayores fuentes de empleo. Pese a la difícil situación fiscal, hemos mantenido importantes programas de apoyo social para quienes más los necesitan y hemos desarrollado otros nuevos como la red de cuido para niños, niñas y adultos mayores. Gracias a la firmeza con que venimos combatiendo la criminalidad, la seguridad ciudadana empieza a mostrar mejoras. Finalmente, estamos iniciando importantes obras que mejorarán las carreteras de nuestro país.
Pero como ustedes saben, uno de nuestros mayores desafíos es arreglar, de manera responsable, el problema de las finanzas públicas. Para ello hemos recortado mucho del gasto innecesario, hemos congelado plazas en el sector público y hemos dado la más valiente de las luchas en contra de la evasión fiscal.
Los eventos de los últimos días no me detendrán en el impulso de todos estos esfuerzos; no permitiremos que se conviertan en un ataque solapado a las reformas que impulsamos. Seguiremos trabajando en ellas y en los próximos días anunciaremos medidas adicionales para ser más efectivos aún en control de la evasión y del gasto público. Seguiremos también dando la lucha por sacar adelante la reforma tributaria, cuya principal característica es dotar al Estado de instrumentos para cobrar mejor los impuestos. Pese a las innumerables dificultades que he debido enfrentar y a la fiera oposición de algunos sectores que desean mantener situaciones de privilegio, seguiré con la misma firmeza y convicción luchando por dejarle a Costa Rica un sector público más eficiente, con menos privilegios y mejor financiado.
Todo esto lo estamos haciendo por lo más importante que tiene Costa Rica: nuestra niñez y juventud. Porque a ellos les debemos garantizar el adecuado financiamiento de su educación y de su salud. Porque ellos merecen un futuro de seguridad y bienestar.
Muchas gracias.