los vecinos y que El bar Rodrigo no llama especialmente la atención. Un ventanal ocupa todas las paredes. En la televisión encendida hay una telenovela y un corcho con imágenes taurinas se cuartea encima de una máquina de tabaco y dos tragaperras. Mientras, los parroquianos toman una caña en silencio con un pitillo en la mano.ha aparecido a cara descubierta en varios medios, ya acumula tres sanciones. Dos de 10.000 euros y una de 600 euros. Su historia se remonta a la primera semana de la entrada en vigor de la ley: "Desde el día 2 de enero hasta el 6 tuvimos que echar a todos los camareros. El 7 decidimos volver a dejar fumar: era eso o cerrar el bar", dice la mujer. No hace falta que lo expliquen: en la puerta, al lado de sendos carteles con el precio de almuerzos y desayunos populares, un pequeño folio parcialmente rajado indica que "desde el 7 de enero en este establecimiento se puede fumar".
No es una mera cuestión insurreccional: "Nos gastamos 35.000 euros en la obra para habilitar dos zonas cuando se firmó la primera ley, ¿quién nos paga a nosotros eso?", repiten los dueños "y, además, todo el mundo fuma. Bajan las persianas y lo hacen. Nosotros, por lo menos, damos la cara". Unos 300 inspectores se encargan de velar por el buen funcionamiento de la ley en 35.000 locales. Durante 2011, la Consejería de Sanidad recibió 822 denuncias, es decir, unas 2,5 diarias de media. La mitad ya se ha tramitado y 245 de esta mitad ya están resueltas administrativamente, según fuentes de la consejería. En todo el año se cuentan 169 sanciones. Unas penas que pueden ir desde los 30 euros en casos leves hasta los 600.000 euros si es muy grave o hay reincidencia.
Según una encuesta, el 95,8% de los establecimientos hosteleros "están sufriendo la crisis económica", una crisis que junto a la Ley del Tabaco que entró en vigor el pasado 2 de enero ha llevado a una caída de la facturación del 27,1%.