No sería de extrañar que esta diferencia dentro de “Las Américas” en torno a la aceptación o no de Cuba se mantenga por algún tiempo más. No hay motivos para esperar que en el corto plazo la América Anglosajona pueda acordar con la América Latina en un asunto tan simbólico y que lleva más de cuatro décadas en la agenda continental.
La disputa por la soberanía en las Malvinas/Flaklands entre Argentina y Gran Bretaña no hizo más que profundizar esta división. Obviamente ni Canadá, ni Estados Unidos, aliados estratégicos de Gran Bretaña apoyaron el reclamo argentino sobre las islas.
La cumbre fue una demostración más de las inmensas diferencias existentes a nivel intra-continental, las cuales parecen no poder ser encausadas por los distintos líderes americanos.