Añadió que es posible que en el Ejecutivo interpreten que hablar de la subida de impuestos y de los recortes les degasta.
“De ahí esa política de comunicación que un día lleva a Rajoy a evitar a los periodistas y otro a descartar preguntas en las comparecencias públicas o a despachar un recorte de 10 mil millones de euros con una nota de prensa”, enfatizó.
Para El Mundo, lo que más puede socavar la confianza en el Gobierno es esa falta de valor para enfrentarse a la opinión pública justo cuando se pide a la gente coraje para salir adelante.
Por su parte, el diario español El País destacó que ni la crisis de las finanzas públicas, ni el paro desbocado, ni las tensiones entre el Gobierno y algunas comunidades autónomas sacan a Rajoy de su mutismo.
“Tampoco le impulsan a ejercer el liderazgo necesario ante una ciudadanía asustada por las dimensiones de la crisis y de los remedios de caballo que se le están aplicando”, añadió.
Refirió que Rajoy vivía mejor en la oposición destructiva practicada contra el Partido Socialista Obrero Español.
Un mes antes de las elecciones, las encuestas anunciaban que superaba a su principal contrincante, Alfredo Pérez Rubalcaba, tanto en preparación frente a la crisis como en disponer de mejores propuestas, saber manejar las exigencias de los mercados o inspirar seguridad y capacidad para ser mejor presidente del Gobierno.
“Cierto que el 72 por ciento manifestaba poca o ninguna confianza en él, pero en el otoño de 2011 parecía la opción menos mala. Conservó el estado de gracia solo algunas semanas, y en marzo se empezó a deteriorar su imagen”, abundó.