"Parece que los dirigentes europeos han olvidado que el objetivo prioritario de la política económica es el crecimiento sostenible y generador de empleo. Todo lo demás son políticas instrumentales y tienen que estar al servicio de esta prioridad", sostuvo.
Advirtió que si la UE falla en este proceso "la gobernanza de las democracias representativas que conforman la Unión se degradará y la respuesta social será inevitable".
Enfatizó que "el nacionalismo rampante" hacer creer a la gente que los países deben seguir su caminos solos, por lo que cada vez se escuchan más voces extremas, discursos xenófobos y antieuropeístas, "y cada vez recogen más votos".
Abundó que los países deben hacer sus deberes, y el conjunto modificar sus tratados si es necesario, para poder asegurar la estabilidad económica y social de la UE y evitar que el nacionalismo antieuropeísta avance.
"Para avanzar hay que tener una puerta de salida para los que no estén dispuestos a hacerlo. Los países tienen derecho a salir pero no lo tienen a vetar el avance de los que deseen hacerlo. Esto vale para todos", añadió.