Mohammed sostuvo que el tribunal estadounidense no tiene legitimidad para juzgar su caso.
Otro de los acusados gritó a la corte: "
¡Ustedes sólo quieren matarnos!".
En cambio, durante la mayoría del proceso permanecieron con la vista baja, algunos de ellos leyendo libros, y dos de ellos se arrodillaron para rezar, lo que provocó una interrupción momentánea de la audiencia.
Uno de los abogados de Mohammed, James Connell, dijo que "harán falta años para llegar a una primera sentencia, y otros tantos para la apelación".