En Seguridad jurídica: incontables los casos de impunidad y de tolerancia hacia el delincuente, la fragilidad de nuestras cárceles y falta de programas de reforma y reinserción, los enormes portillos de las leyes para dejar libres a los delincuentes, o para permitir hacer lo que quieran, los tecnicismos de los que se apropian para soltar a los “[o]in fraganti”, leyes que no protegen a los ciudadanos sino a los delincuentes. Victimas expuestas y delincuentes cubiertos. El mensaje de las leyes en este país no ha sido claro y conciso, falta implementación de leyes integrales y rigurosas, cuestión que debemos exigir que se cambie y se actualice a la realidad de nuestros días y dejar de depender de leyes obsoletas.
En Seguridad social: no es posible que a estas alturas y gracias a las pésimas administraciones del seguro social, la CCSS esté pasando por una crisis económica y humana, y que la pensión de la actual clase productiva nacional se encuentre en ascuas.
Que uno de los mayores morosos sea el gobierno central, que se den nombramientos a placer y se dan el gusto de recibir hasta 80% de empleados incapacitados, en un hospital, pagándoles por hacer nada hasta en 100 días de incapacidad.
Frente a esta pésima gestión de eficiencia, ya se ha hecho una valoración de notables que ha generado una serie de consideraciones a tomar en cuenta para sacar a la CCSS de la crisis, que esperamos que realmente las tomen en cuenta y que sirva para actualizar a la CCSS.
En Infraestructura y calidad educativa: Si bien es cierto, Costa Rica goza de uno de los más altos índices del mundo en alfabetización, también es cierta la pésima condición en la que reciben clases miles de estudiantes; literalmente entre cuatro latas y un techo de paja, o en bodegas alquiladas, y esto no se limita solo a áreas rurales, también en el valle central hay escuelas y colegios al borde de precipicios y en franco o extremo deterioro.
La atracción al estudio también va de la mano con la condición de las instalaciones y la calidad de la enseñanza. En cuanto a este segundo punto, hemos percibido también un deterioro (salvando las excepciones), que aún son numerosas, en el sentido que se ha perdido la formación conductual que se brindaba al alumnado, y que ahora parece que solo exige llegar a cumplir con un horario, a impartir lecciones académicas y se ha dejado de atender a cada estudiante de manera personalizada; reitero, “salvando las numerosas excepciones”.
Debe existir una mayor inversión en educación, tanto a nivel de infraestructura y tecnología, como en calidad de enseñanza y formación del individuo.
En Infraestructura vial: aquí hay mucho de qué hablar, pero a nivel general citamos la carencia de puentes peatonales, construcción de puentes nuevos y sustitución de puentes obsoletos en las vías de comunicación, que muchos de ellos en cualquier momento caen y causan una tragedia. Construcción de aceras en muchas calles y avenidas del país, creación de ciclo vías, y verdaderas autopistas, carril exclusivo para transporte público –y que se respete-, ejecución efectiva de un plan vial para la capital, que se retome y ponga en práctica las rutas interurbanas y creación de grandes terminales de transporte público sectorizado.
Estos solo unos ejemplos del rezago que en esta materia vive el país y que se resuelve simplemente ¡haciéndolo!
En Desarrollo empresarial y producción nacional: se deben atender con urgencia, y primordialmente,
a los productores nacionales, colocando todo la producción nacional en el mercado y luego pensar en las importaciones para satisfacer el consumo del país. Además se deben crear más fuentes de empleo, ya sea por autogeneración o por estimular la atracción de inversión en el país, tanto nacional como extranjera.
Con la creación de mas empleos mejoraría la condición social de muchos y se reduciría la “brecha social” entre clases; ayudaría integralmente con un mayor acceso a educación y a reducción de la delincuencia.
En Desarrollo humano de artistas y deportistas: En Costa Rica hay calidad y abundancia de artistas: músicos, escultores, escritores, etc., así como deportistas en todos los campos que -a excepción del fútbol, que parece que es el único deporte del que vive este país-, todos los demás se han abierto paso solos, sin ayuda de algún programa estatal o similar, porque no existe una política de estado para el apoyo de deportistas y artistas.
Se supone que existe un Instituto de Deporte, pero francamente… dejémoslo ahí… Cuántas veces hemos leído o escuchado o sido testigos de la falta de apoyo a los artistas y deportistas nacionales; que tienen que andar buscando patrocinio o “jugársela” de otra forma para ir a representar al país en una competencia internacional, pues lo que reciben del gobierno son migajas, si es que reciben algo. Sin embargo luego de una tremenda participación y esfuerzo, sí les abren las puertas de casa presidencial y se deshacen en halagos reflejando ser parte de ese éxito, como si hubiera jugado un papel preponderante, a sabiendas que estos
se la tuvieron que jugar solos.
Sí hay dos instituciones que, en el papel, se ocupan por el desarrollo de los artistas y deportistas, ¿Por qué no hacen lo que se supone deben hacer, como lo tienen por política en otros países, donde el artista y el deportista tienen apoyo gubernamental?
Existen muchas demandas sociales, y pocas o casi ninguna respuesta, ni al menos una dinámica para intentar solventarlas.
Este país vive un rezago en muchos temas -solo enunciamos algunos-, pero el punto es que este país desde hace años entró en un estancamiento de ingobernabilidad, no hay políticas activas, todas son reactivas y de parche, que momentáneamente se maquillan, como para hacer notar que algo se hizo, aunque sea mal hecho o ineficiente, y que a la larga solo sirven para acrecentar más los problemas, y si nosotros como sociedad nos seguimos dejando, las cosas seguirán igual o irán de mal en peor.
Ahora bien, el estado también nos demanda a los ciudadanos. Nosotros también somos corresponsables del deterioro de nuestra sociedad al ser elementos activos dentro de la misma. La base de la sociedad es la familia y si la familia es disfuncional, no esperemos mucho del gobierno. Por eso para mejorar nuestra violentada y disfuncional sociedad, se debe iniciar en el seno del hogar, fortaleciendo las familias, educando en amor y respeto, sembrando valores para cosechar valores.
Se dice que si uno sigue haciendo siempre lo mismo se obtendrán siempre los mismos resultados, pero si queremos resultados diferentes, debemos hacer las cosas diferentes.
Realicemos un auto examen y limpiemos y fortalezcamos la base de la sociedad para tener cara para demandar al gobierno.
Colaboremos todos, como uno, en demandar por los medios legales a nuestro alcance, respuestas y soluciones efectivas a nuestros problemas sociales, en exigir dinamismo en las políticas de estado, en reclamar el equilibrio de la gobernabilidad que este país necesita.