Los colores de la diversidad humana - TicoVisión  
Escrito en 15/05/12 a 14:41:57 GMT-06:00 Por Administrador
Opinión-Análisis
"Pero valga rescatar que las personas de la población gay, lésbicas y transexuales ya han dado los primeros pasos para que se les reconozcan sus derechos."

Los colores de la diversidad humana - TicoVisión


15 de Mayo del 2012 | TicoVisión | Redacción - | Opinión | San José, Costa Rica | Tribuna para el Libre Pensamiento



Los colores de la diversidad humana


Por Ofelia Taitelbaum Yoselewich
Defensora de los Habitantes de la República


La conmemoración del Día Nacional contra la Homofobia, nos recuerda que en la sociedad costarricense persisten diferentes formas de ver a las personas, de percibirnos  unos a otros y que una de ellas, es la de discriminar a miles de seres humanos solo porque tienen una orientación sexual hacia su mismo sexo. Por eso un día como hoy, debemos aprovechar para celebrar los matices y colores humanos de la diversidad, tanto como para denunciar las “fobias”, las etiquetas odiosas y los prejuicios que tanto lastiman a quienes el grueso de la sociedad ha decidido condenar por no ser  “iguales” a los demás. Y es que un prejuicio, como la homofobia, por ejemplo; no solo lastima, también da pie al irrespeto de los derechos humanos y  se arraiga como un asunto social y cultural -más que de orden individual- que se debe combatir si se quiere edificar una cultura real de derechos humanos.

Ir en contra de la homofobia es abrazar la diversidad. Pero hablamos de una diversidad real, esa que se refiere a los distintos ángulos desde los que se percibe la igualdad, porque en esencia todas y todos somos iguales en dignidad y en derechos, aunque dichosamente diferentes y únicos en nuestras características físicas, psíquicas, sociales y culturales, así como en los gustos, los deseos, las aspiraciones, las orientaciones y las oportunidades que nos brinda la vida. Cada ser humano es único e irrepetible, eso es lo que permite que podamos reconocernos y ser reconocidos como personas; esa es la base del respeto y es el eje central del principio de la dignidad humana como fundamento de los derechos humanos.

De tal forma, no podemos invisibilizar, ni olvidar que aunque la diversidad es consustancial a la naturaleza, lamentablemente la historia de la humanidad es un recuento por tratar de “homologar” y hacer iguales a quienes por su esencia son distintos. Ciertamente, nuestro recuento antropológico, es uno plagado de actos de discriminación y de exterminio de las llamadas “minorías”; esas que a criterio y capricho de algunos, no se ajustan al modelo social imperante y esto resulta nefasto en una sociedad que se asume respetuosa de los derechos humanos.

En nuestro caso, por ejemplo, mucho se ha dicho que la sociedad costarricense no está preparada para aceptar y reconocer los derechos civiles a las parejas del mismo sexo; sin embargo, con este argumento, pareciera que más bien, se pretende olvidar que los derechos humanos no están sujetos al tiempo, ni a la voluntad de unos cuantos o de otros muchos, porque nadie es humano a medias.

Pero valga rescatar que las personas de la población gay, lésbicas y transexuales ya han dado los primeros pasos para que se les reconozcan sus derechos. Dichosamente, la Sala Constitucional ha reconocido la legitimidad de las relaciones sentimentales que se establecen entre personas del mismo sexo y al respecto ha dicho que existe un vacío jurídico. Además, se pronunció de previo sobre la constitucionalidad de la ley para regular estas parejas: “… en cuanto a la naturaleza y evolución histórica del matrimonio (…) esta Sala descarta que haya impedimento de alguna naturaleza para la existencia de uniones homosexuales”. (Voto No. 2006-7262)

Tal afirmación, finalmente, es la aceptación y el reconocimiento de derechos para las personas con una orientación sexual diferente.  Pero además, la Sala instó al legislador a regular la unión civil entre personas del mismo sexo y señaló que: “...este Tribunal considera que es el legislador derivado el que debe plantearse la necesidad de este tipo de uniones, lo cual evidentemente requiere de todo un desarrollo normativo en el que se establezca los derechos y obligaciones de este tipo de parejas (...)”

Entonces, poco a poco, tal parece que vamos creciendo; bajando el dedo que juzga y señala a quienes sienten distinto; poco a poco, vamos abrazando la diversidad humana, alejándonos de la estrechez mental y avanzando en derechos; poco a poco, seguimos construyendo un país inclusivo, que ojalá, alguna vez realmente llegue a merecer  un espacio internacional como respetuoso defensor de derechos humanos.




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