"Gracias, gracias, gracias", repitió emocionada Chinchilla al ser recibida por el pontífice en la puerta de su estudio, en el segundo piso.
Al término del encuentro, la presidenta centroamericana, quien estaba vestida de negro y mantilla, presentó a la delegación que la acompaña, entre ellas cuatro mujeres, vestidas también de negro.
Chinchilla donó al Papa un cuadro con dibujos grabados por indígenas que ilustran la naturaleza, las plantas y los animales de su país.
El pontífice le obsequió, por su parte, las tradicionales medallas pontificias.
Después del encuentro papal, Chinchilla se entrevistó con el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, en el centro de las sospechas e intrigas que reinan en estos días en el palacio apostólico.
Este lunes, la prensa italiana apunta a un "cardenal" entre las personas que filtraron documentos secretos de la Santa Sede a la prensa y habría sido el responsable de manipular a Paolo Gabriele, el mayodormo de Benedicto XVI, detenido desde el miércoles.
Un libro publicado hace ocho días en Italia contiene un número sin precedentes de documentos confidenciales sobre numerosos debates internos del Vaticano, como la situación fiscal de la Iglesia o los escándalos de pedofilia dentro del movimiento de los Legionarios de Cristo.
Esos documentos revelan las querellas y los rencores que existen entre diversos cardenales y autoridades, que se acusan unos a otros y luego recurren al Papa para dirimir los conflictos.
La presidenta de Costa Rica, pronunciará en la tarde una conferencia en la sala Paulo VI del Vaticano y participará el martes en Roma como oradora en una reunión de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con representantes de cooperativas y organizaciones de productores.
El día siguiente se trasladará a Ginebra (Suiza) para tomar parte en la sesión inaugural de la Conferencia Internacional de Trabajo de la OIT.