Es por eso que éste banquero Bengalí decidió dirigir las acciones del banco hacia comunidades rurales pobres, esencialmente lideradas por mujeres.
La idea de Muhammad fue siempre el proveer micro créditos que ayuden a establecer lazos de cooperación entre los habitantes de esos pueblos, ya que se les otorgaba el crédito siempre y cuando se organizaran en grupos los cuales serían instruidos y fiscalizados por los agentes del banco. De esta manera siempre habría un genuino interés del grupo por cumplir con las cuotas del banco y del banco en ver el desarrollo de las comunidades.
Muchos pueden haber pensado… Siendo pobres no van a pagar y se quedarán con el dinero del préstamo, o, éste banco va a quebrar prestándole dinero a gente sin dinero. El último punto es usado como regla general por la mayoría de bancos en el mundo al otorgar créditos.
Pese a estos argumentos el señor Yunus no desistió en su idea, y el proyecto triunfó, desde 1976 el banco se fue expandiendo hasta tener 1128 sucursales alrededor de Bangla Desh, mueve alrededor de 2400 millones de dólares al año, siendo las mujeres el sector más beneficiado representando el 94% del total de receptores de crédito.
Esto me lleva a preguntar… ¿No les parece que el escenario que el señor Yunus vio en su país se asemeja mucho a la realidad costarricense?
Es evidente como las comunidades rurales han quedado relegadas del desarrollo, la atracción de inversión está concentrada en el área metropolitana, desarrollo que debe ser bien encaminado por la senda de la sostenibilidad ambiental y justa distribución de riqueza.
Y si a eso le sumamos el poco o nulo acceso a crédito en muchas de las regiones de nuestro país, estamos a punto de ver como la brecha entre ricos y pobres se hace más amplia si no corregimos ésta fórmula.
No se trata de que los ricos se vuelvan pobres como algunas personas lo han querido malinterpretar, ni de políticas de izquierda o derecha, lo que se debe abordar es:
¿Qué está haciendo la banca estatal para llegar a las comunidades más necesitadas de Costa Rica?
Vemos anuncios televisivos en los que se promueve la compra de carros y viviendas en condominio, y vuelvo a recalcar, no es que eso esté mal; pero la promoción de crédito en la zona rural, así como el establecimiento de agencias en zonas alejadas que ayuden a éste fin pareciera haber quedado de lado en la agenda de los bancos del estado.
No deberían preocuparse nuestras autoridades a redirigir esfuerzos en este campo, hablando con los gerentes y directores de los bancos del estado para llegar a establecer un plan de cobertura real para las zonas y personas que así lo necesiten.
En Costa Rica así como en Bangla Desh la mayoría de jefes de hogar son mujeres, si el estado en coordinación con los bancos se dedicaran a establecer un plan de atención como el del Banco Grameen, muchas personas podrían iniciar sus empresas cooperativas que distribuyan productos de limpieza biodegradables por poner un ejemplo, y que este grupo distribuya en su zona, de esa forma otro grupo que desee hacer chocolates por poner otro ejemplo, sea el distribuidor de este producto para la región, y que el INA junto con los bancos brinden las capacitaciones necesarias.
No hay porque seguir favoreciendo a las grandes industrias distribuidoras cuando puede haber un esfuerzo entre autoridades gubernamentales para que el desarrollo justo y solidario llegar a todas las comunidades costarricenses.
Es el momento en el que el gobierno junto con las autoridades competentes se pongan a trabajar en planes de desarrollo rural y también el urbano, de una manera íntegra, y que la banca estatal llegue a donde debe llegar, y deje de seguir parámetros financieros que solo favorecen el desarrollo de unos pocos y deja a muchos costarricenses de lado, si logramos esto podemos llegar a grandes cambios en las estructuras sociales de nuestro país, en las que todos nos veremos beneficiados.