esta información, los programadores de Washington crearon un virus que se introdujo en el control de la planta dejando temporalmente fuera de servicio a unas 1.000 centrifugadoras de las 5.000 que Irán estaba utilizando para purificar uranio. El ataque causó varias explosiones en la planta.
Pero en verano de 2010 ‘Stuxnet’ apareció en Internet, supuestamente a través de la computadora de uno de los empleados de Natanz. Sin embargo, Obama decidió seguir adelante y realizar varios nuevos ataques al programa nuclear de Teherán.
Irán negó entonces que sus instalaciones nucleares hubieran sido atacadas, pero sí que habían detectado el virus. En 2011, el director de la Organización de Defensa Pasiva de Irán, Gholamreza Jalali, anunció que Teherán estaba preparado para "una guerra cibernética", recordó el diario.
Sin embargo, no está claro cuán eficaz resultó ser 'Stuxnet'. Mientras algunos especialistas creen que Irán había cancelado sus proyectos nucleares militares en 2003, otros señalan que a pesar de todo Irán ha avanzado notablemente en su programa con fines pacíficos.
En todo caso, hay una gran amenaza para todo el mundo de que “la energía nuclear pueda caer en manos de terroristas” si consiguen controlarla a través de tales virus ‘escapados’, advierte el analista internacional, Antonio Romea. Y en esta situación Estados Unidos también es consciente de que su propia infraestructura nuclear es una de las más dependientes – y por consiguiente vulnerables – de los sistemas informáticos.