tanques que «comenzaron a bombardear Al-Kubeir sin cesar» durante seis horas. Posteriormente las shabbiha, procedentes de aldeas cercanas de mayoría alauí, «entraron con pistolas y cuchillos» .

En imágenes facilitadas por la oposición aparecen cuerpos quemados, cadáveres de niños y bebés cubiertos con sudarios blancos. Sin embargo, el régimen negó cualquier responsabilidad. «Lo que los medios han reflejado es completamente falso. Un grupo terrorista cometió un crimen odioso en la región de Hama que ha causado nueve víctimas», afirmaron fuentes gubernamentales. Los observadores de la ONU desplegados en el país desde abril no pudieron acceder al lugar «por los puestos de control del Ejército», según su líder, el general Robert Mood, que agregó que «algunas de nuestras patrullas fueron detenidos por civiles en la zona».

La matanza provocó la condena generalizada, desde Washington a Moscú, con calificativos como «afrenta a la dignidad humana» o «acto bárbaro». Para Rusia, se trató de una provocación destinada a desbaratar el plan de paz de Kofi Annan, y pidió a la Occidente que presione a la oposición para que acepte el diálogo

Otras opciones

Ante la Asamblea General de la ONU, su secretario general, Ban Ki-moon, alertó de que el peligro de guerra civil en Siria es «inminente y real», al tiempo que afirmó que el Gobierno de Bashar Al Assad «ha perdido toda la legitimidad», por lo que pido a Damasco «que cumpla de manera urgente e incondicional con los puntos del plan de paz». Apremió también al Gobierno a que deje trabajar sin trabas a los observadores de la ONU y confirmó que uno de los vehículos de los «cascos azules» recibió un disparo después de que les impidieran entrar Al Kubeir.

Kofi Annan, por su parte, también condenó «con horror» la matanza y dijo que sus responsables deben «rendir cuentas», al tiempo que aseguró que la comunidad internacional «no puede dejar que las masacres se conviertan en la realidad de todos los días en Siria, donde la violencia empeora a diario». «Debo de ser franco y confirmar que el plan de paz no se cumple», dijo Annan a la Asamblea. Añadió que ha llegado el momento de examinar «qué otras opciones tenemos para responder a la crisis» y pidió a la comunidad internacional actuar rápido y llevar «la unidad a otro nivel» o, de lo contrario, la crisis se hará «incontrolable».

Además de la matanza de al Kubeir, las tropas sirias bombardearon la localidad de Talbissé, en la provincia de Homs, según la oposición, que calculó que en todo el país ayer se produjeron al menos 41 muertos por los ataques del Ejército y por los combates con los rebeldes, de los que 23 eran civiles.

Occidente rechaza incluir a Irán en un nuevo grupo de contacto

El envido de la ONU al conflicto sirio, Kofi Annan, ha propuesto crear un nuevo grupo de contacto que reúna a los actores implicados, incluida Turquía, Arabia Saudí, Qatar, Irán y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, en la misma línea que el planteamiento que ha hecho Rusia. El Gobierno chino precisó que necesitaba más información antes de pronunciarse. Pero el Estado francés, Estados Unidos y Gran Bretaña, que mantienen la iniciativa de los «Amigos de Siria» al margen de Naciones Unidas, rechazan de plano incluir a Irán en una conferencia internacional sobre Siria. Aliado de Damasco, Irán está en el punto de mira de las potencias occidentales, que tratan de parar su programa nuclear.

En la reunión que mantuvieron el pasado miércoles, los denominados «Amigos de Siria» concluyeron que «el Gobierno sirio debe aplicar el plan Annan, Al Adsad debe traspasar el poder y abandonar Siria y debe haber negociaciones para un Gobierno de transición que den lugar a una Siria democrática y bajo control civil». Tras mantener encuentros con los dirigentes chinos, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, propuso el miércoles una nueva conferencia sobre Siria que reúna a «los países que realmente tienen una influencia en los diferentes grupos de oposición», como Turquía, Irán, la Liga Árabe y los miembros del Consejo de Seguridad. El objetivo sería que «los actores exteriores, sin Siria en un primer momento, se pongan de acuerdo para seguir, honestamente y sin ambigüedades, el plan Annan», afirmó Lavrov.