dicha intervención?, ¿por qué paralelamente la fracción del PLN trató de introducir un proyecto de ley para declarar la Inmunidad de los funcionarios públicos como “perpetua”?, ¿a quién, o quiénes se les quería otorgar mayor protección y por qué?, ¿será porque ya sabían que reventaría el “deshonroso hurto de los dineros del pueblo” por los corruptos a cargo del proyecto?, ¿hasta qué nivel administrativo gubernamental llega esa corrupción?
Son muchas las incógnitas que se desprenden del anterior párrafo, mismas que me obligan a plantearme el por qué se le brindan tantas semanas y meses a la CNE, antes de intervenirla; intervención que es obligatoria y moralmente exigible… ¿será acaso que le quieren dar tiempo para acomodar las cifras gastadas, emitir comprobantes que justifiquen los gastos y fabricar documentos que reflejen y justifiquen el destino de los dineros?. Tampoco puedo obviar que las instrucciones para el gasto de los dineros de la CNE, emanan de Casa Presidencial… entonces: ¿quiénes de los que trabajan en el Poder Ejecutivo están involucrados de una u otra forma en el “descontrol” sobre el gasto y paradero del dinero administrado por la CNE?
Todavía más… la CNE debió ser intervenida desde hace mucho tiempo, por ejemplo, desde que se produjeron dos grandes incendios en instalaciones de dicha institución, cuyo origen nunca fue esclarecido totalmente.
La CNE, falazmente aduce ser únicamente un puente de tráfico del dinero hacia las diferentes emergencias, queriendo evadir su responsabilidad como
”administrador” de dichos dineros; lo que implica (aquí y en cualquier país del mundo), llevar control de las asignaciones del dinero, garantizando comprobantes de respaldo de cada uno de los gastos, así como registros de supervisión del destino y valoración de las obras contra el dinero cancelado, todo asentado y contabilizado por un profesional en la materia.
Simultáneamente, una vez que reventó con fuerza la enorme magnitud del robo al “Heraldo Público (PUEBLO)”, la señora Presidente de la República se ha dedicado a giras por provincias y cantones a inaugurar pequeñas escuelas, redes de cuido, develar placas en obras sociales de menor envergadura etc., que me dan la impresión de querernos distraer para no seguir profundizando las investigaciones sobre el inmenso (“chorizo” en buen costarricense), despilfarro y robo descarado del dinero asignado a “La Trocha 1856”, lo que produce en la población una mayor desconfianza que la ya existente sobre nuestros políticos y sobre quienes administran nuestro dinero y destino como nación. Todo lo anterior, por supuesto contradice la “sagrada promesa” de nuestra señora Presidente de “Firmeza y Honestidad”.
Dejémonos ya, señora Presidente, de andar con rodeos y ayúdenos (bajo su compromiso previo), a dilucidar hasta las últimas consecuencias, y se encuentre embarrado quien se encuentre embarrado, sin que ello influya en sus decisiones “Firmes y Honestas”, para encontrar y castigar a la totalidad de involucrados en esa “deshonra” que ya trasciende a nivel internacional; y para que todo costarricense vuelva a tener “confianza en sus autoridades y políticos”.