Por otro lado, se podría ligar a un sospechoso con una escena de un homicidio, de un propietario de ganado que ha descubierto el robo de su ganado y ha sido ultimado por los cuatreros por este motivo. En este caso se podría determinar si la carne que poseen los sospechosos pertenece realmente al hato de ganado de la víctima.

La entidad encargada de realizar ese mapeo genético será el Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), quienes tomarán muestras de mil a mil quinientos animales en todo el país. Los resultados de ese estudio serán de gran utilidad en para los investigadores del OIJ y para relacionar a los sospechosos con el delito, en cualquier Tribunal Penal.

“…Esto que se va a hacer… va a dar una mayor fortaleza al elemento probatorio, de tal forma de que ninguna persona con conocimiento genético o molecular vaya a botarnos una prueba en un tribunal…” argumentó Chavarría.

Si bien hace algunos años este tipo de comparaciones se realizaba con la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR), el mapeo realizado por el Doctor Gustavo Gutiérrez Espeleta, Director de esa escuela, fue de entre cien y ciento cincuenta animales, en vista de la falta de presupuesto para continuar con el proyecto.

Antecedentes

Desde hace varios años, el OIJ ha venido luchando por ver realizado este proyecto y así facilitar en gran medida la labor de investigación. Es por eso que se ha coordinado con diferentes instituciones de nuestro país relacionadas con la ciencia.

Es así como en enero de 2011, 36 expertos en biología, microbiología, genética y zootecnia, así como representantes de diferentes instituciones se reunieron para precisar los protocolos más adecuados para que una prueba de ADN animal sea utilizada en un Tribunal de Juicio como elemento probatorio con la validez científica necesaria.

Y es que del año 2004 al 2007, a través de un convenio entre el Poder Judicial y la UCR, se realizaron análisis de este tipo utilizando de 14 a 18 marcadores moleculares, de los cuales, 22 casos fueron utilizadas en diferentes procesos judiciales de manera positiva y como evidencia importante.

Sin embargo, la falta de presupuesto ha hecho que en los últimos años dichos procedimientos no se hayan realizado, quedando muchos de los casos de hurto de ganado en la impunidad.

Decisiones importantes

Durante el taller se llegó a la conclusión de que las técnicas moleculares son un instrumento fundamental en la investigación forense animal, según manifestó en ese momento la Ingeniera Teresita Quesada Granados, de la Dirección de Fomento de la Ciencia y la Tecnología del MICIT.

La Ing. Quesada resaltó la importancia de profundizar en el tema, mediante un estudio muestral ampliado de la Variabilidad Genética que permita discriminar secuencias de ADN de Ganado, con lo cual será más fácil identificar a los animales y detener a los sospechosos de Hurto.

De la misma manera se le dio énfasis al trabajo que se debe realizar para la consolidación y creación de un Banco Genético Ganadero Nacional.Por otro lado, se estableció como responsable por ley de los análisis de ADN de Ganado al SENASA.

Comisión del delito relacionado con el hurto del ganado

Según Chavarría, hay cuatro delitos identificados en nuestro país con relación al hurto de ganado. Entre ellos está el Robo y Hurto de ganado en pie, es decir vivo; el destace de ganado en el potrero, el cual se torna peligroso por la alta contaminación de la carne; el lavado de ganado y el contrabando de ganado bobino de Nicaragua hacia Costa Rica y de ganado equino desde Panamá hacia nuestro país.

Graves consecuencias para la salud y el bolsillo de los costarricenses

Uno de los principales problemas en esta temática lo tienen los pequeños ganaderos, ya que son los más afectados por los robos a sus hatos. Ellos conforman más del 85% del total de los empresarios en este campo, y por lo general son personas de escasos recursos, quienes tienen entre cuatro y ocho vacas, y alternan sus ingresos con labores agrícolas.

La mayoría poseen ganado lechero, el cual, según Chavarría, se torna fácil de robar, ya que dichos animales están acostumbrados a tratar con el ser humano y son dóciles ante cualquier persona que se les acerque.

Cabe destacar que, según Chavarría, estudios recientes demuestran que al año estos pequeños productores pierden alrededor de once mil millones de colones por el hurto de su ganado.

Por otro lado, las prácticas de destace de los animales en el potrero, en medio de las heces de los mismos animales y las condiciones insalubres, hacen que la carne proveniente de este ganado esté  altamente contaminada y sea peligrosa para el consumo humano, incluso por su posible incidencia en el cáncer gástrico.