En julio, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, la UNICEF, las ONG israelí y palestina B'Tselem y Al-Haq y el Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina y en Israel (EAPPI), alertaron sobre el alza de los ataques de colonos.

Estos ataques contra los palestinos y sus posesiones "aumentaron en más de un tercio" entre 2010 y 2011 y "de cerca del 150%" entre 2009 y 2011 (167 en 2009, 312 en 2010 y 411 en 2011, según la ONU), cuando el año 2012 partió sobre las mismas bases, subrayan.

"Cada mes, observamos un aumento de las agresiones respecto al mes anterior", asegura el alcalde de Beitilu, Abdalá Abdelwahed, que citó la tala de cientos de olivos y la confiscación de tierras.

Los vecinos palestinos descubren además de forma regular, colgadas de los árboles, amenazas en árabe, algunas de ellas sacadas de versos del Corán, que atribuyen a judíos del Yemen instalados en Nachliel.

Al final del camino, unas alambradas y un puñado de militares israelíes bloquean el acceso al asentamiento de Nachliel, con sus distintivas casas de tejas rojas, según pudieron observar unos periodistas en una reciente visita a iniciativa de las agencias de la ONU y de las ONG.

Sorprendidos, indecisos, los soldados, entre los cuales una joven mujer, se repliegan para concertar con su jerarquía sobre la actitud a adoptar frente a este grupo heteróclito de habitantes, periodistas, diplomáticos y militantes, antes de verlos partir con alivio.

"Es nuestra tierra, nos la han robado", comenta un joven de allí, Awad Nubano, al apuntar al no man's land en el que se desplegaron los militares. "Y esos barriles también nos los han robado", añade, mostrando unos bidones marcados de una inicial en los que los habitantes de Beitilu hacían crecer sus plantaciones.

Los que se oponen a la colonización afirman que la violencia de los colonos se ha convertido en un fenómeno cada vez más deliberado.

Saleh Darwich, un agricultor de 60 años, que personalmente ha perdido 18 olivos, acusa a los estudiantes del seminario talmúdico de la colonia judía.

"El 1 de mayo, arrancaron 102 árboles en un día, hace falta muchos colonos para hacerlo", apunta.

"Quieren tomar la mayor parte de tierra posible", resume.

En julio, la Corte Suprema acordó un plazo para evacuar el asentamiento salvaje de Migron, en Cisjordania, al gobierno israelí que invocaba la opinión de un mando militar del sector, desfavorable a "una evacuación que se efectuaría sin el acuerdo de los habitantes de Migron durante el mes del Ramadán".

"Lo que sobreentienden con el Ramadán es que los colonos podrían vengarse contra los palestinos", lamentó Hagit Ofran, una militante de la ONG israelí anticolonización La Paz Ahora, "es una forma de legitimar la violencia".