que me propina en la cara, la renquera que generan sus patadas y mi falta o aumento de peso por sus constantes cambios de humor en los que siempre me hace creer que soy yo la culpable y él una pobre, inocente e incomprendida víctima.

Guarda oh Señor a mis hijos mientras yo me encuentre ausente, porque aunque estoy dedicada por completo a mi casa y familia he llegado a querer morir y abandonarlos a su suerte antes que separarme de mi agresor, porque él me hace creer que yo merezco sus castigos, burlas, bromas y desprecios. Entonces, víctima de la confusión, le creo cuando me dice que yo no valgo nada, que no sirvo en la cama y que debiera estar agradecida de que él me haya conocido, porque de lo contrario, habría tenido que vender mi cuerpo al mejor postor porque tengo cara de prostituta y que él por la lástima que me tiene, me ha salvado.

Recuérdame oh Altísimo Rey y Señor, que solo Tú eres el dueño de mi destino, que no dependo de la compañía de mi agresor para realizarme como mujer, esposa y madre. Yo sé Señor, que no soy una inútil ni holgazana, aunque si bien es cierto, algunos días no tengo voluntad para levantarme o bañar mi cuerpo porque, estoy tan cansada!

Ayúdame Eterno Abogado a recolectar las pruebas de sus maltratos y a tener mi mente clara para dejar de protegerlo a él en detrimento de mis hijos y mi salud.

Cuida oh Eterno Sabio que mi mente se mantenga clara y libre de confusiones cuando él sienta que le quiero abandonar y por lo tanto, comience a simular enfermedades, ataques o avisos de falsos suicidios para que yo siga atada a él de la manera que sea.

Oh Único Juez Justo, ven en mi defensa cuando pone a los niños o amigos en mi contra, haciéndoles creer que sus fracasos son por mi causa y que la ruptura de nuestra unión sería mi falta por no ser solidaria con sus cacareados sacrificios que al fin y al cabo solo a él benefician.

Dispone oh amadísimo Rey y Señor que yo tenga la capacidad, el valor y la fuerza para que comprenda que Tú me brindarás el sustento y trabajo que necesito para abandonarle y comenzar una nueva vida en la que ya nunca más vuelva a escuchar sus insultos, a sentir sus golpes y a temer su regreso malhumorado por todo, tirando puertas y maldiciendo el hecho de haberme conocido.

Oh Dios que todo lo ves, muéstrame el verdadero rictus de terror que vive dentro de mi, para que pueda reconocer la cara de la indignidad y termine de disimular con falsas sonrisas que todo está bien. Silencia la voz que me hace dudar, que me dice que sin él la vida no tiene sentido, que me engaña y susurra que él es un buen hombre y que sin mi él se moriría de pena y dolor.

Oh Dios te pido que después de que lo abandone, pueda yo ayudar a otras a denunciar a sus verdugos y poder terminar de una vez por todas con todos los asesinatos, suicidios y mutilaciones que causan día con día y año tras año, toda esta epidemia de psicópatas sedientos de atención y falta de hombría.

Amén.