De acuerdo con la información del CIMAR, estos oleajes tendrán máximos de 20 a 22 segundos de período de la ola, lo cual se identifica como un oleaje de rompimiento muy fuerte en las playas, muy similar al que hemos tenido en días pasados en nuestras costas.

Omar Lizano, del CIMAR explicó que el fenómeno se debe a una tormenta que se presentó frente a las costas de Nueva Zelandia y que podrían estar llegando al pacífico costarricense a partir de mañana.

Los cuadros de pronósticos del CIMAR indican que el oleaje podría superar los dos metros el martes y 3.4 metros el miércoles.  Afortunadamente, dice el especialista, las mareas estarán bajas, pero habrá que darle seguimiento y tener mucha precaución al respecto, especialmente por los antecedentes generados la semana pasada en las costas del Pacífico Central.

Ante tal situación, la CNE recomienda vigilancia y tomar las medidas pertinentes por el posible impacto costero que pueda generarse, especialmente, alrededor de las mareas altas, tanto en la madrugada como al medio día.

Se pronostica que los lugares con mayor posibilidad de impacto podrían ser Caldera, Playa Azul y Corralillo de Tárcoles, Palo Seco e Isla Damas, reconocidos por la erosión frente a sus costas.

Las autoridades de la CNE hicieron un llamado para que los bañistas y navegantes de pequeñas embarcaciones extremen las medidas de precaución, especialmente en las salidas de ríos, esteros y playas.