En numerosos estudios, arqueólogos y otros expertos consideran que las piedras fueron colocadas por grupos indígenas de la zona entre el 300 a.C. y el 300 d.C.. Sin embargo hasta el momento el trabajo escultórico no ha podido ser datado con mayor precisión.

Desde hace unos 40 años los gobiernos costarricenses han desarrollado diferentes programas para proteger las "petrosferas" y su ubicación. Algunas de ellas se encuentran bajo el cuidado del Museo Nacional.
  
  Antonelli estudió cuatro sitios arqueológicos en Batambal, Finca 6, Grijalba y El Silencio, y concluyó que de 25 esferas hay 13 en mal estado, siete en estado regular y cinco en buen estado.
  
  Los principales problemas son la erosión, el astillamiento y la fracturación, debido a factores como inundaciones, lluvias muy fuertes, mala manipulación del hombre y altas temperaturas.
 
   El arqueólogo italiano propuso buscar materiales para cubrir los monolitos de la radiación solar, probar elementos nuevos para la restauración, y crear un programa de conservación permanente.
 
   Más adelante, anunció, enviará una propuesta definitiva de conservación que servirá para reforzar el pedido de inclusión de los monolitos de piedra en la lista de Patrimonios de la Humanidad que selecciona la Unesco.