mi juicio considero, son los “padres del Código Sísmico” que luego, en el año de 1973, adoptara el “Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA) “. Para ambos, mi profundo agradecimiento, pues gracias a ellos nuestras viviendas se mecieron como un todo, como una amalgama de materiales en perfecta sincronía sin producir otra cosa que “un mediano susto”. Aún en la zona del epicentro, edificaciones posteriores a la creación de este código, no sufrieron daños estructurales, limitándose los mismos a quebraduras de vidrios o caída de elementos ornamentales no vitales para la vida de los edificios.

Reacciones y Evacuaciones

Gracias a los simulacros por parte de la Comisión Nacional de Emergencias, Cuerpo de Bomberos, Cruz Roja, Fuerza Pública, Ministerio de Educación y otras entidades, pudimos observar como todas las escuelas y hospitales fueron evacuados en completa calma y sincronía. Mis felicitaciones principalmente al personal (médicos, enfermeras, auxiliares, oficinistas etc.) del “Hospital Monseñor Sanabria” de Puntarenas (zona cercana al epicentro y muy afectada), por haber procedido (sacrificando acudir a sus familias), con toda calma y precisión a evacuar y distribuir a los pacientes (muchos en estado grave), a los diferentes centros hospitalarios de otras regiones y provincias.

Movilización de la Fuerza Pública

Miles de oficiales de la Fuerza Pública fueron movilizados a las zonas más afectadas con propósitos distintos: rastreo y rescate de personas posiblemente afectadas en las zonas más profundas de las zonas boscosas. Vigilancia de los centros estatales, comercios, viviendas etc., para evitar los saqueos habituales por delincuentes que siempre aprovechan la desgracia ajena. Vigilancia con la “Sección Aérea” de toda la zona costera y mar adentro para evaluar la actividad del mar ante el fenómeno, así como los daños ocasionados a las playas. Lo más importante de esta movilización, es que no se hizo con “bombos y platillos” que generalmente alarman más de lo debido a la población, sino, bajo el silencio y la calma.

Cultura del abastecimiento y la CNE

Gracias a la constante campaña publicitaria de la Comisión Nacional de Emergencias sobre la previsión en los hogares, hemos aprendido a no vivir el día a día, sino a tener nuestras despensas con provisiones para varios días (alimentos, agua, focos, baterías, candelas, fósforos, estufa a gas etc.), ello evitó el caos vial y la saturación de los supermercados como es usual en otras naciones. Gracias a ello, también hemos aprendido a permanecer en nuestras casas u oficinas, sin huir en desbandadas que han demostrado en otros países producir más muertes y afecciones que las producidas directamente por el fenómeno (terremoto) natural.

Enumerar todas las experiencias observadas ante el evento de 7.6º llevaría horas. Con lo expuesto queda más que demostrado que ya hemos adquirido un buen nivel de “Cultura Sísmica”; que ello nos sirva al mismo tiempo a comprender y asimilar con responsabilidad lo que a futuro nos indiquen todas las entidades relacionadas a las emergencias nacionales, y sobre todo… a asimilar con madurez los “simulacros” que a futuro se planifiquen.