Redacción.- 
Los Estados Unidos de America, donde el gobierno es realmente ejercido por su pueblo, a através de su sistema de elecciones democráticas y honestas, celebra este 4 de julio, 234 años de haberse independizado de los caprichos de un Rey, pero para vergüenza nuestra, muchos de nuestras llamadas Repúblicas, todavía son victimas de los abusos de “reyezuelos” corruptos, que además tienen la osadía de desgobernar diciéndose los representantes de sus victimas, el PUEBLO.

Los Representantes de las 13 Colonias, que en ese entonces formaban parte de la Gran Bretaña, se reunieron en el Congreso de Filadelfia y, tras proclamar la Declaración de derechos en 1774, se declararon independientes en 1776, formando así, los Estados Unidos de América.

La Declaración de Independencia, es un documento trascendental que muy pocos de nosotros hemos analizado, ya que hace 234 años esos ciudadanos reclamaban lo que todavía ahora luchan nuestros pueblos por alcanzar. Una Declaración que proclamó los tres principios básicos que constituirían el lema de la Revolución francesa: «Libertad, igualdad y fraternidad».

Les ruego leer y analizar con detenimiento estos principios enunciados en la Declaración: “Sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad……  toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia aboliendo las formas a que está acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad. Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; tal es ahora la necesidad que las obliga a reformar su anterior sistema de gobierno.”

Entre los cargos que los patriotas americanos le hicieron a la Corona Británica, encontré tres que podrían ser válidos en muchos de los países que aunque se llamen Repúblicas, que sufren los vejámenes por los cuales, los fundadores de los Estados Unidos, combatieron a sangre y fuego por largos años hasta lograr derrotar a las fuerzas del Rey, tales como:

“Ha hecho que los jueces dependan solamente de su voluntad, para poder desempeñar sus cargos y en cuanto a la cantidad y pago de sus emolumentos”.

“Ha fundado una gran diversidad de oficinas nuevas, enviando a un enjambre de funcionarios que acosan a nuestro pueblo y menguan su sustento”.

“Ha influido para que la autoridad militar sea independiente de la civil y superior a ella”.

La gesta que se plasmó en 1776, de la cual nacieron los Estados Unidos de America, sigue siendo un modelo de lo que debe ser una República digna e independiente, donde su Presidente, Vicepresidente y los miembros de su Congreso (Senadores y Diputados)  son electos por el pueblo, para defender sus derechos, dentro de su Constitución, que es un modelo de principios democráticos.

La inmigrantes del mundo que residen en los Estados Unidos, son los mejores testigos de la grandeza humana de esta nación de hombres libres, que como nos dice un distinguido miembro de la Diáspora nicaragüense, residente en Nueva Orleans, Hernán Aróstegui, en una conmovedora declaración “Yo no quiero irme de este mundo sin antes dejar constancia de mi profundo agradecimiento a los Estados Unidos de America por haberme abierto sus puertas de par en par cuando mi padre decidió enviarme aquí a continuar mis estudios superiores y luego, mas tarde, cuando decidí hacer de este país mi residencia permanente. Ahora, en el invierno de mi vida, y con la madurez que esto trae, aprecio las oportunidades que brinda el sistema democrático, con todo y sus defectos, pero con la ventaja de permitirle al ser humano la libertad y protección necesarias para  alcanzar las metas que se proponga, siempre y cuando lo haga honestamente y respetando sus leyes.”

Hasta la semana próxima con EL ARCHIVO CIEN!