Criticaron el estilo del ejercicio de la autoridad "en modo autocrático y abusivo" por sus manifestaciones de "concentración del poder y el deseo desmedido de conservarlo y perpetuarse en él".

Así como la "manipulación de la ley, las instituciones y la destrucción" de los principios de las bases del Estado de Derecho.

El ambiente en Nicaragua es de "permanente enfrentamiento por la búsqueda del poder o por mantenerlo a toda costa", y ha dado lugar al "autoritarismo, al caudillismo, a la manipulación de las conciencias, a la corrupción, la injusticia, la ilegalidad y la violencia", expresó.

Los partidos de oposición, agregó, se debaten en luchas internas y descalificaciones recíprocas originadas por "mayores espacios de poder y ambiciones personales" de sus líderes.

La oposición "no ofrece estrategias políticas alternativas claras" en los programas de gobierno municipal que le permita a lo votantes decidir por sus principales demandas de educación, política social y economía.

Los obispos nicaragüenses sugirieron "replantear" el funcionamiento integral del sistema político para dejar atrás las lacras que han arrastrado los líderes que conciben el poder "como patrimonio personal".

"Esto suscita inevitablemente polarización, arrogancia, ambición e irrespeto a la ley, corrupción, intolerancia y luchas inútiles en la sociedad", manifestó.

Los prelados católicos exhortaron a los votantes a "decidir desde su conciencia" acudir o no a las urnas el 4 de noviembre próximo, cuando serán renovados alcaldes, vicealcaldes y concejales en 153 municipios.

Instaron a los ciudadanos a "liberarnos de la resignación, del indiferentismo y del conformismo y no dejarnos llevar nunca del odio y de la violencia".